El látigo que heredó Suárez para disciplinar a los medios

El radicalismo-pro de Mendoza armó su campaña electoral del año pasado en base a una frase que estuvo de moda en ciertos medios: «Mendoza está ordenada financieramente».

Incluso el caballito de batalla para que Rodolfo Suárez llegara a ser primer mandatario provincial era la imagen de Alfredo Cornejo, quien fue mostrado como el hombre que le puso orden y prolijidad a las cuentas públicas. Sin embargo, un aroma raro sobrevolaba el cielo mendocino. Ocurre que a mediados del 2019, mientras por un lado se decía que las arcas del Estado estaban a punto de reventar de plata, por otro se le decía a los gremios que representan a los empleados públicos que la cláusula gatillo dejaría de existir. Evidentemente se encendía la alarma.

Todo era color de rosas para gran parte de los diarios y radios de la provincia. Algo muy fácil de entender, dado que para el actual diputado nacional era más fácil vender un buzón utilizando a los medios amigos. Así fue que destinó alrededor de 1.600 millones de pesos en pauta oficial.

No fue difícil hacerle creer a mucha gente que Mendoza estaba ordenada económicamente. Disciplinaron a gran parte de los medios de comunicación con jugosos montos para «publicidad oficial».

Cornejo se fue con lo justo, porque las reservas estaban en rojo. No obstante, los nuevos funcionarios no estaban para nada amargados, debido a que, teniendo a los medios de su lado (poniendo mucha plata de nuevo) no sería difícil meterle mano a la minería como puente para recaudar y poder salvar algunos trapos. Pero con los periodistas amigos no les alcanzó, ya que la gente pudo enterarse del plan por medio de comunicadores independientes y medios alternativos. No le quedó otra que retroceder.

Suárez, con su propio hijo como colaborador al momento de darle látigo a radios y diarios que fueran en contra de su gestión, redobló la apuesta con el famoso pedido de deuda para supuesta obra pública. No podía ocultar su desesperación por obtener dinero. En ese sentido no eran pocas las sospechas que indicaban que en realidad la plata era para cubrir los huecos de su correligionario.

Cuando la oposición lo acorraló con preguntas en torno al futuro de esos billetes, aseguró mil veces que el destino no sería otro que la obra pública, argumentando que la Provincia tenía las finanzas más que ordenadas.

Lejos de tomar un camino diferente al de Cornejo, con su primogénito como ejecutor, siguió depositando mucho dinero en los medios afines para tapar la crisis financiera.

Cuando todo estaba por explotar, apareció la pandemia y fue su salvación, y también la de Cornejo. Ambos, tenían la excusa perfecta para disimular el descalabro económico.

Así fue que, a pocas semanas de iniciar la cuarentena, Suárez salió a decir que el Covid-19 había causado un gran problema en las cuentas públicas por la caída de la recaudación.

Lo extraño es que, más allá de ponerle dinero a los medios para relatar una historia, la «provincia ordenada» que vendió junto a su predecesor quebró en apenas un mes.

Diario Mendoza Sur

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