Feria de América: más acerca de este gran evento de 1954

En esta segunda nota, entrevistamos a la autora del primer artículo del libro “Feria de América” para conocer más sobre la investigación que se llevó a cabo.

Roxana Jorajuria es Licenciada en Historia del Arte y en Artes Visuales; Magister en Arte Latinoamericano; Becaria de CONICET para finalización de su doctorado; Docente en la Facultad de Arte y Diseño de la UNCuyo. También es la encargada de los Bienes Artístico-Culturales de esa Universidad; Miembro del equipo editor de las revistas “Estampa 11” y “La permanente”, crítica de arte y curadora independiente.

Nota: Agradecemos las fotos que acompañan este artículo. Muchas son fruto del trabajo meticuloso del fotógrafo Orlando Pelichotti y otras el resultado de la larga investigación de la Magister Roxana Jorajuria.

¿Cómo se llama tu artículo?

Lo denominé “Cuando industria, vanguardia y optimismo formaron parte de un programa nacional”, porque luego de investigar y leer diferentes opiniones de agentes culturales activos en el año 1954 (fecha en que se inauguró este evento), comprendí que se trataba de un gran acontecimiento provincial, que generaba enormes expectativas tanto en políticos, como en periodistas, quienes dieron forma y difusión a esta iniciativa.

Además, en los años cincuenta, Mendoza atravesaba una gran prosperidad en la industria vitivinícola y el gobernador Carlos Evans estatizaba la bodega Giol, que era la más grande de Mendoza. La industria del cine también fue un factor enormemente significativo ya que cobraba un gran impulso la iniciativa cinematográfica mendocina denominada Film Andes (1944-1966), que había surgido del interés de bodegueros, políticos, artistas y de otros agentes culturales.

Creo que en este sentido, industria y modernidad se pensaban juntas y se buscaba que Mendoza alcanzase una posición de privilegio en la vidriera nacional. Pensando en una relación con Hollywood, la provincia fue nombrada y conocida como una suerte de “California mendocina” y la Feria de América se incorporó en este contexto de avance industrial y de vanguardia artística. El acontecimiento adquirió difusión nacional debido a que participaron numerosos países de América Latina. Mendoza se quería mostrar moderna y con este impulso creó un acontecimiento sin precedentes en el suelo argentino.

¿Cuál era la situación política de Argentina y de Mendoza en ese tiempo?

La situación del país era compleja en general ya que la Feria de América se realizó entre el 12 de enero y el 12 de abril de 1954, es decir, un año antes del golpe de Estado militar denominado “Revolución Libertadora”. Ello da cuenta del clima políticamente agitado que se vivía en Argentina y en Mendoza. A este periodo político se lo denomina el primer peronismo y está conformado por las dos presidencias de Juan Domingo Perón, la primera (1946-1951) y la segunda (1952-1955). Ambos periodos contaron con proyectos denominados Primer Plan Quinquenal y Segundo Plan Quinquenal. El primero de estos se caracterizó económicamente por el desarrollo de la industria nacional y del consumo interno, mientras que el segundo, además de reforzar los objetivos propuestos en el plan anterior, buscó ampliar las fronteras comerciales hacia América Latina interesándose puntualmente por Brasil, país también próspero en industria y en el desarrollo de un arte de avanzada.

¿Qué lugar se eligió para realizarla?

La elección del Parque General San Martín como sede de la Feria fue una apuesta fundamental debido al valor simbólico que este espacio natural tenía para la sociedad mendocina, con sus portones, los Caballitos de Marly, el lago y el paseo del Rosedal. Creo que su emplazamiento en el parque coronó el éxito definitivo de esta iniciativa.

¿Qué características hubo respecto al diseño y la arquitectura?

La organización de la Feria de América estuvo presidida por el director general Iván Bacsinsky, mientras que la planificación arquitectónica estuvo a cargo del arquitecto César Jannello. Contó con la colaboración del estudiante de arquitectura Gerardo Clusellas y se le cursó invitación para participar en los aspectos gráficos al artista Tomás Maldonado. Finalmente quien terminó por resolver la identidad gráfica del evento fue uno de los discípulos de César Jannello, el artista René Barbuy.

A partir de las reglamentaciones generadas se buscó el desarrollo de una arquitectura efímera moderna, donde primaran las líneas y volúmenes puros instando a la eliminación de cualquier tipo de decoración. Todas las estructuras fueron de carácter temporal, es decir que luego del evento se desarmó todo, incluso la vanguardista “Torre Alegórica” de cincuenta metros de altura. El diseño fue esquemático en términos geométricos y con respecto al color se utilizó una paleta reducida de colores planos. Predominaron el rojo, el negro y el blanco. La tipografía seleccionada también era experimental y se aplicaron tipos modernos, como también ocurría en la revista porteña “Nueva Visión”, encabezada por Tomás Maldonado y donde César Jannello era corresponsal por Mendoza. Creo que este grupo se nutrió mucho de las investigaciones emprendidas en este proyecto editorial.

¿Qué importancia tuvo el diario Los Andes en tu investigación?

El diario Los Andes fue central ya que este medio gráfico se desempeñó como prensa oficialista y publicó día por día actividades, visitas, nuevos pabellones y stands que iban incorporándose. Todo aparecía en este diario y también en otros como “La Palabra” y “La Tarde”, en el contexto provincial y “La Nación”, en el contexto nacional, todos de distinto signo político. En estos medios se difundió el evento superficialmente. También fue muy importante el archivo personal del arquitecto César Jannello, la citada revista “Nueva Visión”, la revista “Nueva Arquitectura”, conjuntamente con otras investigaciones sobre temáticas afines que leí para darle contexto a la Feria de América. Quiero destacar también  las interesantes entrevistas realizadas a algunos artistas y arquitectos.

¿Qué cambios obró este evento en nuestra provincia y en el mismo parque?

La Feria transformó por completo los usos sociales del Parque General San Martín ya que durante el emplazamiento de las distintas arquitecturas y de la Torre Alegórica, los Caballitos de Marly fueron cubiertos para su protección por un tiempo prolongado y los prados se ocuparon con arquitecturas efímeras del mismo modo que algunas partes de los alrededores del lago.

Durante los tres meses de feria, el ingreso se realizaba pagando una entrada y el evento se abría entre las 19 y las 24 horas durante la semana y hasta las 2 de la mañana los fines de semana, mientras que los lunes permanecía cerrada. Mientras duró la Feria, todos los servicios que se ofrecían en las instalaciones del parque pasaron a llamarse Feria de América, incluso durante los festejos vendimiales se eligió la reina de Feria de América.

¿Por qué los mendocinos desconocemos en su mayoría este gran evento?

Creo que este excepcional evento fue cayendo en el olvido debido a los acontecimientos políticos que le precedieron con la intención de eliminar toda iniciativa peronista. Sin embargo, el tiempo hizo justicia cuando Wustavo Quiroga, quien fuera director de la Fundación del Interior encontró en San Rafael, en el año 2007, el archivo personal de César Jannello. A partir de allí comenzó el proceso de recuperación de la historia local de la Feria y de su memoria. Además, al cumplirse ahora diez años de la publicación del libro “Feria de América. Vanguardia Invisible”, este tipo de iniciativas contribuye a mantener viva nuestra historia y nuestra memoria.

Alejandra Cicchitti

Diario Mendoza Sur

http://dialradio.tv

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