Los fichines salen a la calle en Palermo y muestran sus novedades nacionales
Una muestra puso a fichines clásicos y modernos en las calles de Palermo, dando cuenta de una comunidad que sigue actualizándose con nuevos integrantes.
Un encuentro organizado por un bar temático con arcades clásicos y fichines nacionales cortó el tránsito vehicular este domingo sobre la calle Gascón entre Honduras y El Salvador, en el barrio porteño de Palermo, y “sacó los fichines a la calle” para que personas de todas las edades jugaran de forma gratuita bajo el lema “Fichín es cultura”, en un contexto de “resurgimiento” de desarrollos nacionales de videojuegos en este formato, según los aficionados.
“El fichín es cultura porque excede el jugar, es una experiencia colectiva y hay muchas expresiones artísticas que lo atraviesan”, comenzó contando Santiago Idelson (47), el cofundador del bar de tragos con arcades de los ‘80 y ‘90, El Destello, que organizó el encuentro.
Uno de los fichines nacionales que abrieron paso a este fenómeno fue “Nave”, un videojuego desarrollado en 2012 por Hernán Sáez y Máximo Balestrini en el estudio Videogamo, que se dedica no solo a crear los videojuegos, sino también las máquinas para jugarlos.
“Una de las características de Nave es que existe uno solo en el mundo, está en un gabinete de los clásicos fichines, se juega solamente en esa máquina, algo que me parece muy interesante y distinto porque te invita a un desafío comunitario, a salir de casa y rodearse de más gente, una idea revolucionaria en este momento en que todo tiende a meternos en nuestras casas y consumir contenidos de forma individual”, destacó Olivieri.
“El juego iba a ser web, pero en su momento nos invitaron a una muestra y decidimos ponerlo en una máquina con una palanca y un botón para mostrarlo, al mismo tiempo vimos el atractivo de la fantasía de tener un arcade, aunque hoy en día es algo más común, mucha gente tiene arcades en sus casas”, contó Sáez, uno de los creadores, sobre Nave.
“Agarramos una máquina clásica de las que están en la costa -atlántica- para armarla”, reconstruyó el desarrollador, que también es diseñador y cineasta, al contar también cómo fue que llegaron a hacer “giras” con la máquina.
En sus diez años de existencia, con Nave, fichín para el que hicieron fila para jugar en el encuentro de Palermo, realizaron 190 presentaciones y todos los años, a fin de año realizan un torneo mundial.
“El puntaje de cada jugador queda guardado en la máquina desde hace 10 años y ese puntaje es tiempo, lo que la máquina cuenta es tiempo, cuanto más tiempo resistís más puntaje tenés”, explicó el desarrollador.
En ese sentido, contó que hay una comunidad de jugadores y jugadoras de Nave y, por otra parte, una comunidad de desarrolladores que trasladan sus máquinas itinerantes a fiestas, espacios culturales y museos para que la gente pueda jugarlos.
Con respecto a las nuevas generaciones y el formato que presenta el fichín, para Sáez “cualquier pibe ve un videojuego, se acerca y juega, no importa si es viejo, nuevo, si lo conoce o no lo conoce. Al contrario, nos ha pasado que nenes de menos de diez años los juegan y dicen ‘esto parece del futuro’. No hay una noción del tiempo, es algo que te gusta o no”.
Algunos de los fichines argentinos que conforman la escena nacional de desarrollos son Argentron, Dobotone, Fuga, Cacaborg, Trucotron, Tunnnel, Truchogol, Mad Rollers, Chacal, The Black Heart Arcade, entre otros.
Uno de los últimos lanzamientos, fue el de Thunderball, un juego de un deporte futurista que se juega de a cuatro, desarrollado por Nando Sarmiento, y presentado en 2023, que se encuentra sólo en El Destello.
Para Olivieri, a las nuevas generaciones les atrae “lo físico” del arcade: el mueble gigante con una luz frontal, un banner grandote con imágenes estridentes y, cuando tienen la oportunidad de ponerse a prueba, “los juegos que mantienen la atención son los juegos clásicos, como Pac Mac o Street Fighter. Un buen juego, como una buena canción o una buena película, resiste al paso del tiempo”, concluyó el youtuber.
El encuentro fue realizado de 14 a 18 en el marco del programa “Calles Culturales” de la ciudad de Buenos Aires.
Por la noche, el bar retomará su normal funcionamiento orientado a adultos que pueden jugar con la consumición.
Fuente: La Nación
Diario Mendoza Sur