India, la nueva potencia global (II)

Es el país más poblado del mundo y junto con China este año serán las locomotoras del crecimiento económico global.

Población: India superó a China como el país más poblado del mundo; las previsiones indican que los 1.400 M de habitantes actuales, llegarían a 1.700 M en 2064 y que hacia el 2047 se aplanaría la curva. En los estados norteños más pobres (Bihar y Uttar Pradesh) es donde más crece, mientras en el sur, más rico, (Kerala y otros) lo hace más lentamente. La edad media de la población es de sólo 29 años; muy por debajo de los 38 en EEUU y los 39 en China, que tienen tasas de envejecimiento superiores. En la India, los mayores de 65 años representan un 7% (el 14% en China y el 18% en EEUU) de la población; y llegaría al 30 % recién en 2100. La tasa de fertilidad india que en 1950 era de 5,9 hijos por mujer, ahora bajó a 2; pero aún tiene 360 M de jóvenes en edad reproductiva. Los sucesivos gobiernos indios siguen tratando de ralentizar el crecimiento demográfico como medio de apoyar el desarrollo económico del país.

Hace 75 años se independizó del Imperio Británico, siendo un país muy pobre. En los últimos 15 años 420 M de personas han salido de la “pobreza multidimensional”, un logro histórico, aunque el grueso de ésta se asienta aún en las castas más bajas; mientras tanto, el 10% de la población acapara el 77% de la riqueza. Sin duda, India sigue siendo una sociedad desigual. El 40% de la población india tiene menos de 25 años; un quinto de todos los jóvenes del mundo (menores de 25) es indio.

Educación: el 12% de los científicos de EEUU son indios; igual que el 32% de los matemáticos de la NASA. Las universidades e institutos tecnológicos de prestigio de India están sostenidos por el Estado, que dedica grandes recursos y becas a la formación universitaria y están convencidos de poder competir e incluso superar a las mejores universidades americanas, chinas o británicas. Los alumnos (y sus familias), al igual que en China, se esfuerzan mucho para estudiar y se alejan de las distracciones clásicas de Occidente. Al estilo británico, tan presente aún hoy en India, los sucesivos gobiernos decidieron formar élites capaces de competir a nivel internacional. En las cerca de 400 universidades científicas indias de prestigio se gradúan cada año 200.000 ingenieros, 300.000 matemáticos, químicos y físicos y salen 2.000 graduados con el codiciado PhD. India forma diez veces más ingenieros cada año que los EEUU o la UE. Como se gradúan más que los empleables internamente, exportan ingenieros al extranjero y los mejores van a las grandes empresas globales, adquiriendo experiencia y conocimientos muy útiles.

El dividendo demográfico: la enorme cantidad de jóvenes en edad de trabajar constituye una oportunidad para acelerar el crecimiento económico y el desarrollo social, a condición de aplicar más recursos a las inversiones en capital humano para lograr promover oportunidades de empleo productivo y trabajo digno, es decir en educación, sanidad, empleo, protección social y pensiones, ya que el crecimiento económico está asociado directamente al bienestar a corto y medio plazo. La ventaja del “dividendo demográfico” está contribuyendo además al auge del consumo e impulsando la innovación, donde India se destaca en el desarrollo de la economía del conocimiento a nivel mundial. Pero no está garantizado que ese desarrollo se logre en el corto plazo, dado que también India, en su proyección geopolítica, debe invertir, simultáneamente, en su seguridad nacional. Esas difíciles decisiones son un reto para las próximas generaciones. Sin embargo, India tiene buenos antecedentes y se proyecta como un gran centro manufacturero con un mercado interno potencialmente enorme, con una clase media en expansión y con gobiernos que han logrado ubicar hábilmente a India en el centro del interés global. Corporaciones gigantescas, como Apple, han comenzado a trasladar parte de su producción al país. Se estima que India se convertiría hacia el 2029 en la tercera economía mundial.

Junto a China, la India será este año la locomotora del planeta: entre ambas aportarán el 50% del crecimiento mundial. Desde el siglo X y hasta el XVIII, el PBI de la India más el de China era el 50% del total mundial. Hace 250 años, el 70% de la fabricación global estaba situada en ambos países. Estamos volviendo a ello, lo que se corresponde con el tamaño de la población.

Del equilibrio a la potencia: con la disolución de la URSS, al culminar la Guerra Fría, se modificó el enfoque de la India hacia el mundo exterior. Sin el soporte económico y de seguridad de su fuerte aliado estratégico, se vio obligada a diversificar sus relaciones exteriores, lo cual a la larga fue beneficioso, pues comenzó, duramente y con altibajos, a depender mucho más de sí misma y a considerarse a inicios de la década de 2000, como una “potencia principal”.

La estrategia india fue crecer fuertemente en lo económico y en lo tecnológico, al igual que lo hizo China, e interaccionando con la economía global. A medida que se iba expandiendo económicamente, los estrategas indios comenzaron a planificar una participación más activa de India en los asuntos globales y de seguridad. Sin perder soberanía nacional comenzó a interactuar con las potencias, principales y secundarias, en lo que luego se denominó la “política de alineación múltiple”. Los actores externos también ayudaron a compatibilizar con esa política, en la idea que cada uno también sacaba su tajada, de esa aparente “política del equilibrio de poder”, que era sólo un enmascaramiento de sus reales ambiciones como potencia, tanto a nivel regional en el Sudeste Asiático como a nivel global, involucrándose fuertemente en el disputado espacio del Indo Pacífico, tema que inquieta a EEUU y a China en su disputa por la hegemonía de dicho espacio. Pese a su involucramiento en diversas alianzas con EEUU y a sus diferencias fronterizas con China, India nunca quiso patrullar en forma conjunta con EEUU en el Mar de la China Meridional, ni a criticar a China en declaraciones conjuntas. Con ello no buscó “equilibrar”, sino fijar su propia posición geopolítica. La creciente presencia marítima de la India se origina en la necesidad de proteger su auge comercial y de fortalecer los lazos estratégicos con el sudeste asiático, el este de Asia, Oceanía y las naciones insulares del Pacífico, para ir asumiendo su objetivo de convertirse en una potencia principal.

Todo hace suponer que el centro de gravedad de la disputa sino-norteamericana se ubica en el espacio Indo Pacífico; en consecuencia, el involucramiento de India será una oportunidad que sin duda aprovechará, tanto económicamente, como estratégicamente. Como todo objetivo a largo plazo, el camino no está exento de problemas y dificultades. Sigue siendo un país muy pobre y muy desigual; su PBI per cápita es de 2.300 USD, por debajo de países como Bangladesh (2.500) o Vietnam (3.800). En valores absolutos, el PIB de la India es de unos 3.200.000 M USD, frente a los 1.800.000 M de Rusia, 18.000.000 M de China y 23.000.000 M de EEUU, según el FMI. La mano de obra masiva no está suficientemente formada como para favorecer los grandes cambios que muchos pronostican en plazos cortos; el 46% de los mayores de 25 años no han acabado la primaria, según la OCDE. Pese a ello, a nivel medio y universitario, se han centrado en los temas adecuados: digitalización, industrialización, urbanización, crecimiento rural, infraestructuras. Sigue siendo un país eminentemente agrícola, que emplea el 45% de su mano de obra en la agricultura, a pesar que representa sólo el 20% de su economía. No son, por ahora, una economía francamente exportadora; en 2022 exportaron 420.000 M USD, que representan un 13 % de su PBI y menos del 2% de las exportaciones mundiales. Tiene una vasta economía informal, y cuenta con una de las tasas más bajas del mundo de incorporación de la mujer al trabajo formal. Asimismo, el complejo militar-industrial de la India también enfrenta debilidades estructurales por lo que tiene una capacidad interna limitada para producir equipos de defensa, incluso cuando pretende asumir liderazgos en los temas de seguridad.

Resumiendo, la gran política exterior de India consiste en asociarse con muchos países (algunos, peleados entre ellos), desea ser amigo de muchos más y no busca enemistarse o crearse enemigos con el resto. Sigue desconfiando del enfoque de seguridad de las alianzas “cerradas”, lo que lleva a desafíos en sus relaciones bilaterales o multilaterales. El genuino deseo de la India es guardar celosamente su idea de autonomía estratégica; lo cual es siempre complicado de sostener.

India, Rusia, China y Estados Unidos: India se maneja bien en entornos conflictivos, inclusive entre sus relaciones o amistades. Tiene una histórica alianza con Rusia; Moscú es su principal suministrador de armas y, tras la invasión de Ucrania, su principal fuente de petróleo (barato); a la vez forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghai (Rusia, China, Pakistán y otros); pero a la vez, ha estrechado lazos con Occidente, en particular en el foro de seguridad QUAD (EEUU, Australia y Japón), enfocado en el Indo-Pacífico. Para Washington, una India fuerte se ha vuelto una pieza clave para contrarrestar el creciente poder de China en Asia. Con esa habilidad innata de India, el problema fronterizo entre China e India ahora está pasando gradualmente de un conflicto a una fase de gestión normalizada, y se espera que la situación en la frontera se vuelva más estable y tranquila en el futuro, lo cual facilita la creación de áreas de cooperación, incluida la asociación económica y el cambio climático. India y Rusia buscan profundizar sus lazos económicos, que han crecido tras el conflicto en Ucrania, y que podrían desembocar en un acuerdo de libre comercio. El objetivo es duplicar las exportaciones indias a Rusia a unos 5.000 M USD este año, a fin de mitigar su déficit comercial, que se ha vuelto enorme a medida que las crecientes importaciones de petróleo crudo. Las importaciones de India desde Rusia se han cuadruplicado a más de 46.000 MUSD desde 2021, sus exportaciones a Moscú suman menos de 3.000 M USD. La guerra ha facilitado la apertura del mercado ruso a los exportadores indios, en especial para dispositivos electrónicos y componentes de automóviles; una doble ventaja para India; aunque sigue habiendo dificultades con la logística y el acceso al mercado. Siendo todavía EEUU su principal socio comercial, India de asegura así una múltiple oferta de bienes y servicios altamente competitivos.

Fuente: Infobae

Diario Mendoza Sur

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