«Estamos bastante mal encaminados»: el fuerte pronóstico del mayor gurú de la inteligencia artificial

Desplazamiento laboral, daño ambiental y suplantación de identidad son algunos de los riesgos aparejados a la Inteligencia artificial.

Desde participar en el descubrimiento de un tratamiento alternativo para el cáncer hasta utilizarse para generar estafas y fake news, la Inteligencia Artificial (IA) demuestra un potencial ilimitado en sus casos de uso; pero también en su valor de mercado. Tanto es así que podría rebasar la barrera de los u$s 300.000 millones en 2025, según datos de Statista.

Sobre este asunto, El Cronista habló con Alex Rayón, especialista en IA y vicerrector de Relaciones Internacionales y Transformación Digital de la Universidad de Deusto, en España.

-Hay dos posturas extremas: aquellos expertos que se muestran optimistas ante la IA y aquellos que son más pesimistas. ¿En qué postura te encontrás?

-En una visión muy optimista, por la cantidad de bienestar humano que puede traer. Nos hace más productivos y, por lo tanto, nos libera de tareas rutinarias que no llenan la satisfacción humana. Además, nos trae un boom de creatividad. Creo que es objetivo decir que es una tecnología que vino para llenarnos y sobre todo para satisfacer ciertas históricas ansias humanas por significarse en el mundo.

– El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, agregó su nombre a una declaración que insta a la atención mundial sobre el riesgo existencial de la IA mientras que Elon Musk firmó una carta que pedía una pausa en el desarrollo de modelos más poderosos que el GPT-4. ¿Podrías nombrar daños que sean urgentes hoy en día?

-Esa carta fue escrita por personas en el sector de la tecnología que no están siendo parte de esta gran revolución. Por lo tanto, que Elon Musk escriba me parece incluso lógico porque justo se perdió esta fiesta. Pero en esa carta sí preocupa el riesgo evidente de que lo que están produciendo estas máquinas no siempre va a ser controlable por el humano.

En cuanto a los daños, claramente podemos hablar de la suplantación de identidad. Pero hay un riesgo que me parece aún más importante que es el empleo. El desplazamiento de todo el sector laboral me parece que va a ser bastante sustancial.

-¿A qué puestos de trabajo va a afectar?

-Las profesiones no creo que desaparezcan. Lo que vamos a tener es profesiones con el 80% de sus tareas automatizadas y otras, el 20%. Depende más de nosotros que de la máquina. Porque, por lo tanto, si nos situamos en tareas que no sean mecanizables, pues mejor.

-¿Cuál es el costo de tener libre acceso a herramientas generativas como ChatGPT?

-El primero es nuestros datos. Estamos viviendo el mayor experimento social de la historia porque estamos usando herramientas a las que estamos mejorando con nuestro uso. Por lo tanto, estamos mejorando un producto de un tercero al que además le estamos dando datos de lo que nos interesa. El segundo costo es el medioambiental: cada vez que manda un prompt, conectado a Internet, es 1,1 litros de agua el coste para disipar el calor que generan sus servidores. El tercer coste, vamos a decir, negocio, es… Con nuestra utilización lo que están haciendo es hacer empresas que hacen negocio a partir de esa utilización.

-¿La IA puede generar una brecha tecnológica a nivel países desarrollados y menos desarrollados?

-Estas soluciones lo que van a hacer es agigantar aún más el ya existente problema de desigualdad. Pero, por lo que decía al comienzo, estamos hablando de tecnologías que traen productividad. El que tenga acceso a eso va a ganar. Y el problema es que para meterse en esto hace falta conocimiento.

-¿Cómo ves el balance entre nuevos desarrollos y avances en la IA y los marcos regulatorios a nivel mundial?

-Estamos bastante mal encaminados. Básicamente porque estamos regulando algo que no conocemos. Bajo mi punto de vista, creo que estamos siendo demasiado emprendedores justo donde no hay que serlo; que es en la regulación.

Fuente: Infotechnology

Diario Mendoza Sur

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