La única institución que lucha contra los desórdenes alimentarios no recibe subsidio estatal
«Estamos por cumplir 35 años. Es un tratamiento largo e intenso pero permite a las personas que tienen algún tipo de trastorno poder recuperarse y luego hacer una vida normal», fueron las palabras de Verónica Vinay, coordinadora de ALDA (Asociación de Lucha contra los Desórdenes Alimentarios».
Se trata de la única institución de este tipo en San Rafael, que en la actualidad tiene a 25 pacientes de distintas edades con problemas de bulimia, anorexia, entre otros trastornos de la alimentación.
Cuenta con un plantel profesional de nueve personas, entre psicólogos, psiquiatras y nutricionistas, además de personal administrativo y profesores que dan distintos talleres como canto, música o teatro. También tienen un gimnasio con profesionales de la educación física.
No es fácil mantener la estructura que funciona en un espacio cedido por el Hospital Schestakow (calle Maza), ya sea por el mantenimiento, como también por el sueldo de los empleados.
Vinay explicó que ALDA se mantiene con lo que pagan los pacientes a través de las obras sociales, pero con eso no alcanza, considerando que no siempre pagan en tiempo y forma. «Afortunadamente tenemos una cooperadora de la que participan los padres y donde recibimos donaciones de algunas empresas», manifestó, mientras que de forma casi simultánea expresó: «No tenemos ningún subsidio del Estado».
Es curioso lo que dice la coordinadora en relación a la ausencia estatal, teniendo en cuenta que se trata de la única institución que realiza este tipo de tratamiento en San Rafael.
Respecto de los jóvenes que no tienen obra social, explicó que siempre «se deja un cupo para este tipo de casos».
En cuanto a las edades de los pacientes señaló: «Van de los 14 a los treinta y pico. Tenemos cuatro varones y el resto son mujeres».
Al ser consultada sobre la prevalencia femenina, explicó: «Se trata de patologías multicausales que por lo general empiezan en la pubertad y se da más en mujeres por una cuestión cultural por la gran preocupación por la imagen corporal. De todas formas vemos que los varones son cada vez más».
Diario Mendoza Sur
