El Schestakow lleva tres días sin ascensores

Mientras el gobernador Rodolfo Suárez decía en el Almuerzo de las Fuerzas Vivas (pasado lunes 2 de octubre) que la inversión en el hospital Schestakow por parte del Gobierno provincial era “histórica”, los camilleros hacían un extremo esfuerzo para subir pacientes por las escaleras. Lo mismo con el personal de cocina que a esa misma hora llevaban pilas de bandejas de comida en la mano para repartir en los seis pisos que tiene el nosocomio.

La historia se repitió con cada uno de los servicios de apoyo que reparten instrumental, insumos y documentación. “Una tortura” fue la frase de gran parte del personal.

Sucede que los ascensores del hospital público local dejaron de funcionar por desperfectos técnicos. No es un tema nuevo, ya que el personal constantemente se queja de la situación. En lo que va del año, al menos, cinco veces pasó.

Ahora, dicen (extraoficialmente) que se rompió un caño de agua que se metió por los huecos de los ascensores, provocando severos daños.

Independientemente de la rotura de ese caño, lo cierto es que no son pocos los que señalan que los ascensores del Schestakow pasan gran parte del año detenidos por desperfectos. Un dato para tener en cuenta es que en varias oportunidades han quedado a mitad de camino con personas adentro.

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