El papá del niño de 8 años explicó por qué su hijo quedó colgado de un balcón

El video es desesperante. Se lo ve a Franco, un niño de solo 8 años, colgado de un balcón. Desnudo. Durante unos segundos, su vida corrió riesgo hasta que uno de sus vecinos, Pablo Grana, trepó entre los balcones para poder salvarlo.

Ocurrió la tarde del domingo en la ciudad de Rosario, en un edificio ubicado en Pellegrini al 1300, esquina Corrientes. Sebastián, el papá del pequeño, relató al medio local La Capital qué fue lo que sucedió.

«A Franco se lo ve desnudo en el video porque tiene un retraso madurativo y se había hecho un poquito de pis encima y mi cuñado le sacó la ropa para darle una ducha», aclaró y contó que, en ese momento, su cuñado fue el baño.

«Ese balcón que se ve en el video siempre está con las persianas bajas y tiene un cerrojo a una altura como para que Franco no la alcance; pero se ve que por los estímulos que recibe en terapia adquirió la habilidad de hacerlo, nos enteramos ayer», contó y aclaró que siempre mantienen la persiana baja para poder supervisar los momentos en los que Franco juega en el balcón.

«Esta vez acercó una silla, corrió el pasador, levantó la persiana y salió a jugar con una pelota de goma, de esas que rebotan mucho, que se le fue a la avenida. Un hombre la agarró y le dijo que se quedara tranquilo, que bajara a buscarla».

De todos modos, por el retraso madurativo que tiene, Franco interpreta las cosas de manera literal, por eso, según sostiene su papá «debe haber pensado: ‘si puedo subir por esta baranda, puedo bajar también hasta llegar al piso».

Ahí comenzaron los gritos. Para evitar la tragedia, un hombre, desde el piso de abajo, lo sostuvo desde los pies. El otro hijo de Sebastián, también de ocho años, llamó al cuñado del hombre que lo tomó de las manos.

Pablo Grana sintió que así no iban a poder rescatarlo. Por eso, al escuchar los gritos desesperantes, este hombre decidió actuar, pese al temor que le generan las alturas. «Le avisé a mi señora que cuidara los nenes míos, que son chiquitos, y me mandé, ni lo pensé», dijo.

Agrega: «Yo estoy en un octavo piso y tuve que pasar todos los balcones del medio, porque ellos están en otra torre. Y sí, le tengo miedo a las alturas, no me acerco a la baranda del balcón, pero en ese momento ni lo pensé, vi lo que pasaba y me mandé».

Según reveló, se repetía una y otra vez una consigna: «No mirés para abajo». Y explicó: «Ahora que sabemos que salió todo bien, siento mucha emoción, un gran alivio también. Me gustaría que de esta historia quedara como mensaje que nos ayudemos, que vale la pena».

Sebastián es consciente de que este hombre le salvó la vida a su hijo y opta, entonces, por hablar de él como «un ángel»: «Vino desde la otra ala del edificio arriesgando su propia vida y salvó la vida de mi hijo», sintetizó.

 

Fuente:www.lanación.com

 

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