La carrera en Europa de una bailarina mendocina

Quisimos contarles a nuestros lectores, la vida de una joven mendocina que trabaja y vive actualmente en Bélgica, bailando y cumpliendo su sueño: Fernanda Losada.

¿Cómo decidiste ser bailarina?

Creo que en ningún momento decidí convertirme en bailarina profesional. Simplemente se dio, o, mejor dicho, cada decisión, cada pasito que fui dando, me llevó por diferentes lados y terminé trabajando en una compañía. Mi principal motivo era bailar, y nada me completaba y nada valía la pena, si no era dedicarle tiempo a la danza.

¿Cómo ha sido tu formación?

En Mendoza me formé en la Escuela de danza de María Cristina Hidalgo. Ahí tuve la oportunidad de tomar clases con maestros de excelencia. Algunos de ellos fueron Cristina Hidalgo, Inés Riveros, Paloma Riveros, Genoveva Sagués, Shirley Jorquera, entre otros. También organizaban Seminarios a los que traían maestros invitados como Lidia Segni, Alejandro Totto, Raúl Platas, Nader Hamed.

En Buenos Aires hice mi formación con Alba Serra, quien me ayudó y fue de gran apoyo. Para alguien del interior, la vida en Buenos Aires suele ser difícil, cuando se llega por primera vez. Al mismo tiempo, tomaba clases con otros maestros como Hector Barriles, Gabriela Pucci, Inés Armas, Maximiliano Guerra, Silvia Bazilis, Ana Garat, Mauro Cacciatore. Durante ese año en Buenos Aires, como integrante del grupo Premium, de la escuela de Maximiliano Guerra, recibí una beca para un curso de verano en Nueva York. La escuela American Academy of Ballet, me permitió tomar clases con diversos maestros de alto nivel incluyendo Paloma Herrera. Estuve en Buenos Aires del 2023 al 2015.

“En Buenos Aires” 

En Portugal, gracias a otra beca, tuve el privilegio de formar parte de una escuela de altísimo nivel “Academia Annarella”. Ahí fui alumna de maestros de Cuba, México, Portugal, Brasil y Ucrania.

En Hungría, tuve mi primera experiencia remunerada en la compañía llamada “Szekesfehervari Balett Szinhaz”. Trabajé dos años como parte del cuerpo de baile, y uno como demi solista. Alguna de las piezas que baile esos tres anos fueron «Swan Lake», «Nutcracker», «Kafka», «Homokrajzok», «Romeo and Juliet», «Carmen».

“Junto a su grupo de compañeros de Hungría” 

En Ginebra, Suiza, estuve de setiembre de 2017 hasta julio de 2019 e integré la Formación Profesional y Compañía Juvenil Dance Area, gracias a una beca que la escuela me ofreció. Fue ahí donde empecé a trabajar con coreógrafos internacionales como José Agudo, Edouard Hue, Blenard Azizaj, Favio López, entre otros.

“En Ginebra” 

¿Cómo es un día normal de trabajo?

Un día normal empieza llegando un rato antes comenzar la clase, para realizar ejercicios que prepararán el cuerpo. Luego de la clase, tenemos los ensayos que duran hasta la tarde, con una pausa al mediodía para comer. Después de eso, es muy relativo, podés quedarte trabajando detalles personales de técnica, o de alguna pieza que se esté trabajando. Una jornada normal se extiende generalmente de 10,00 a 17,00 horas de lunes a sábados.

¿Qué exigencias implica ser una bailarina profesional?

Las exigencias son variadas ya que la danza es muy compleja. Me parece que lo principal es el equilibrio, es decir, estar dispuesto a mantener, un estado mental, físico, técnico, emocional, económico, educacional y alimentario completo. Y este estado debe seguir presente constantemente. Estos requerimientos que provienen de lo externo, de esta disciplina que es la danza, deben ser incorporados también por uno mismo, por eso remarco el equilibrio como un factor determinante.

¿Qué satisfacciones has recogido?

Las satisfacciones son amplias y a mi parecer, personales. Depende de cómo uno decida ver las cosas que suceden, cómo apreciarlas, agradecerlas y tomarlas como algo que enriquece y genera satisfacción. Puedo afirmar que elegí la danza por el mero hecho de lo que me hace sentir, vivir y experimentar. Después hay satisfacciones más simples o puntuales, como llegar a cierto lugar o nivel y conseguir algo que se deseaba. El mismo camino que se recorre para alcanzar la meta, genera alegría. También lo es, el valorar y apreciar cómo mi yo del pasado, logró llegar y trascender por cada camino y encontrarse donde está hoy, aunque eso signifique seguir caminando.

¿Algunas presentaciones que recuerdes especialmente?

Hubo muchas presentaciones que dejaron huella en mí. Pero una que recuerdo con mucho cariño y emoción, fue la del “Lago de los Cisnes” que hicimos en el 2012 con la Escuela de María Cristina Hidalgo, para sus 40 años. ¡Que emoción! Todos trabajamos muy duro, hubo mucho esfuerzo detrás de cada detalle, pero realmente valió la pena. Aún recuerdo los aplausos y la cantidad de elogios que recibimos, incluso de los diarios mendocinos. Fue, además, el primer espectáculo en el que me sentí una bailarina profesional, por la calidad y cantidad de trabajo y el resultado que obtuvimos.

Y otra ocasión muy especial fue cuando gané una beca por dos semanas en Estados Unidos y obtuve la primera categoría junto a otras compañeras. Ese momento me permitió pensar en ir a trabajar afuera. Nunca antes me imaginé viviendo en Europa como lo hago actualmente.

¿Hasta cuándo un profesional debe bailar?

Eso es algo relativo a tu cuerpo, a lo que quieras para vos y a cómo te adaptás al momento. No hay un límite establecido. Hay bailarines que han bailado hasta una edad avanzada y otros desde muy jóvenes deciden retirarse. Hay otros que modifican el estilo, lo que les permite continuar bailando. Creo que la cuestión es saber escucharse y ser consciente de lo que uno hace, conocer sus límites y determinar cómo se quiere llegar.

¿Tus proyectos futuros?

Mi proyecto es continuar perfeccionándome como bailarina y como persona (ambas situaciones van de la mano en mi vida) para crecer cada día y ser una mejor versión de mí misma. También tengo deseos de encontrar una compañía en Alemania, Holanda o Dinamarca, países que me atraen actualmente, aunque no descarto salir de Europa también. Por ahora siento curiosidad y ganas de conocer y seguir alimentándome de todo tipo de estímulos.

¿Quisieras agradecer a algunas personas?

Sí, por supuesto. Estoy completamente agradecida de mis padres y hermanos que siempre me apoyaron (no todas las familias lo hacen) y me brindaron lo necesario para que llegara hasta donde estoy.  Agradezco también a esos amigos incondicionales que a pesar de la distancia me siguen acompañando; a mi novio Esteban que está presente y a cada persona y maestro que han iluminado mi camino.

Alejandra Cicchitti 

Diario Mendoza Sur

http://dialradio.tv

Publicaciones Similares