Mesas decoradas: los viajes y la pasión por la vajilla incentivaron a una madre y su hija a crear su propio negocio

Juntas, Any Silva y Renata Vischi crearon Caribou Home con la vajilla como inspiración. Presentan tendencias y consejos para preparar mesas con ideas innovadoras.

Sin saberlo, los viajes por el mundo que a lo largo de los años encararon en familia fueron el germen para que Any Silva y Renata Vischi, madre e hija, decidieran dar rienda suelta a su pasión por las mesas creando un negocio que comenzó en 2018, de manera virtual. En sus inicios se centró en la decoración en general, hasta que, finalmente, se enfocaron en vajilla y en todo lo relacionado con la mesa. Sus platos parecen de porcelana italiana y son, sin embargo, de cerámica brasileña, elaborados con una tecnología que los vuelve más resistentes. Sus creadoras no se equivocaron con el proyecto y ya abrieron dos locales.

En un día todavía fresco de primavera, las creadoras de Caribou Home recibieron en su casa a LA NACION revista, con sus mesas desplegadas. En las puertas de la temporada alta de encuentros familiares y sociales, revelaron lo que viene en mesas, compartieron las claves para armarlas de una manera distinta y personal, y desplegaron su know how en el arte de recibir, para crear el ambiente propicio para que los invitados se sientan como en su casa.

Any Silva y Renata Vischi, madre e hija

-¿Cómo nació Caribou?

Renata: Empecé a trabajar con papá en logística, en comercio exterior. Cuando mi hermano y yo crecimos y nos hicimos independientes, mamá quiso hacer algo con su sueño, que siempre había sido la decoración. Caribú es un animal de la familia de los ciervos, que puede verse en la Patagonia y se caracteriza por ser el animal terrestre que más migra, recorriendo muchos kilómetros por año. Tiene que ver con nosotras que siempre estamos viajando y recorriendo muchos kilómetros en busca de distintas piezas de diseño y de tendencias.

Any: Nos mueven dos pasiones. Nos encanta viajar en familia. Y a mí se me suma la pasión de siempre por la decoración.

-¿Siempre tuvieron ojo con la decoración?

Any: Siempre armé todas mis casas y lo hacía de a poco. Nunca fui a un lugar y me compré todo ahí. Si hacés eso, un día pasás y decís: “Esa vidriera es mi casa” y no me gusta. Cada casa debe reflejar la identidad y la personalidad del dueño. Entonces, iba juntando cosas por el mundo. Me decían, “¿vas a llevar eso en la valija?”

-¿Qué fue lo más grande que te trajiste?

Any: Unas fuentes enormes de talavera de Puebla, de México. Las envolví y llegaron perfectas. En una oportunidad fuimos a la costa italiana, sobre la Puglia, y compré unas jarras divinas artesanales y alfombras. Otra vez me traje un puff de Marruecos.

-Con cosas de acá y de allá, ¿sus casas resultan muy eclécticas o hay un hilo conductor?

Any: Voy formando un hilo. En la galería tengo un fogonero que me traje de Brasil, a partir de eso armé una mesa para que esté puesto ahí. A partir de un elemento se arma el resto.

Renata: Y generalmente son las mesas. Las dos cosas que siempre atravesaron a esta familia fueron los viajes y los encuentros alrededor de una mesa.

-¿Fue una pasión heredada?

Renata: Sí, totalmente. Nos representa porque siempre fuimos anfitrionas. Desde que soy chiquita nunca recibimos a menos de 15 o 20 personas los fines de semana: tíos, familia, amigos siempre alrededor de una mesa.

-¿Cuáles son las temáticas ideales?

Renata: Hemos hecho mesas de viajes, inspiradas, por ejemplo, en Grecia, en blanco y azul. O una inglesa con porcelana con escocés y en colores verde y bordó.

-¿La gente se acostumbra a las mesas temáticas?

Any: A la gente le encanta, pero no se habitúa. No se necesita hacer una inversión para comprar todo un juego de platos. A lo mejor con los platos blancos que están en casa, sumando unos de postre lindos o bols con formas que se ponen arriba del plato y, una servilleta con una cintita de color y una florcita o una hoja sacada del jardín, la mesa cambia completamente.

Renata: Son pequeños detalles. También tenemos la teoría del mix & match, que es mezclar vajilla. Puede ser una mesa ecléctica, con algo tradicional que uno tenga, agregando copas mezcladas. Proponemos sentarse en una mesa que identifique a los dueños de casa.

-¿Cuáles son las tendencias en mesas?

Any: El bambú es la tendencia. Hasta Gucci hizo una cartera con las manijas de bambú. Además, se sale de tanto net y blanco. Hay que darle color.

Renata: Colores vibrantes, como en la moda, fucsia y verde. Mesas coloridas.

-¿Qué tips aconsejan para quien no está acostumbrado a usar vajilla muy jugada?

Any: Trabajar con una misma gama de colores. Por ejemplo, en una mesa donde predominan los verdes, los accesorios como la jarra de agua, la ensaladera y los vasos son verdes. Lo demás, transparente. O recurrir a un color que complemente, como el ámbar. Hay platos que por ahí tienen un pájaro con un copete rojo y se puede poner una copa roja y va a quedar divino.

Renata: Los hilos conductores son la temática de la mesa, los colores o, si se mezclan copas, tratar de que la vajilla sea igual. Buscar que una de las piezas se mezcle y que las demás sean iguales para que no sea un caos.

-¿Se diferencia la mesa del día y de la noche?

Renata: El punto es dejar de guardar la vajilla para el invitado especial y usarla todos los días. El vajillero, que tenía las piezas de porcelana, y los cubiertos de plata, que juntan polvo durante años porque no se usan nunca.

-¿Qué elementos prefieren en una más elegante?

Any: Un mantel bordado a mano, dorado en accesorios, cubiertos con diseño, copas con virola dorada.

-¿Y esa vajilla que uno heredó, cómo se usa para lograr un toque más contemporáneo?

Any: Con los accesorios: platos de sitio, cubiertos de diseño, copas de colores.

Renata: Los cubiertos son tendencia. Antes uno tenía un solo tipo de cubiertos. Ahora, según el menú cambia el cubierto que se va a usar.

-Para el verano, ¿qué mesa se puede sugerir?

Any: Una mesa festiva con hojas, piñas, muy tropical, donde la gente sienta alegría de sentarse. Por otro lado, generalmente mezclamos, entonces se genera un juego en el que cada uno se fija qué plato le tocó. Usar bols de colores turquesa, rojo, verde. Se los puede ya dejar puestos en un lugar para, después, servir el helado o la ensalada de frutas. Y ya son decorativos. En las jarras, poner rodajas de limones y hojitas de menta.

Renata: En las mesas de verano usamos mucho individuales de fibras naturales. Da textura y calidez.

-¿Se juega con los elementos naturales, como frutas, verduras, flores?

Any: Sí, inclusive para un almuerzo en el que hay ensaladas se pueden presentar los ingredientes en un bol. Frescos, lavados. Es un elemento súper decorativo.

-¿Dónde se colocan esos elementos?

Any: Generalmente, al costado, para que no rompa la comunicación y que la gente se vea. Cuando la mesa es larga, preparo dos o tres arreglos, utilizando las flores del jardín. Pero siempre son cosas chicas y bajas, con bastantes hojas verdes. Y en un lindo bol se acomodan los tomates lavados. A veces no hace falta tener flores.

-¿Velas?

Renata: Un error, poner velas con perfume, que compite con la comida. Esas son de living. Ninguna vela, ningún sahumerio, ni flores con olor. No se puede poner un jazmín y una vela de vainilla en la mesa.

Any: En una mesa larga pongo ramas y hojas, y armo pequeños arreglos con flores y algunas velitas distribuidas, pero todo de manera natural, que nada sea estático. Se mezclan distintos tamaños y alturas de velas y se pueden distribuir en la mesa. Hay que animarse a descontracturarse un poco.

Fuente: La Nación

Diario Mendoza Sur

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