Inutilidad ponderada: cuánto tiempo dedicamos a tareas digitales improductivas
Un estudio realizado por expertos estadounidenses entre 5000 personas calculó la cantidad de tiempo perdido en recordar contraseñas absurdas, borrar correos o cerrar notificaciones
MADRID.- Reiniciar la computadora (es lo que siempre recomienda el técnico). Intentar acceder hasta tres veces con la misma contraseña. Aceptar que la has olvidado y empezar a crear una nueva (la tercera del mes). Repetir contraseñas que misteriosamente nunca coinciden. Entrar a internet. Mirar el correo electrónico. Pelear con el autocorrector. Cerrar ese video que se ha abierto sin que nadie le diera al play. No conseguirlo. Mirar otra vez el e-mail (lo revisamos cada seis minutos, esto es 121 veces al día). Intentar escapar de ese banner de publicidad que acaba de colonizar tu pantalla y en vez de eso conseguir cerrar la ventana en la que estabas…
A lo largo de nuestra vida laboral se nos van cuatro meses limpiando la computadora y se nos escapan seis semanas borrando e-mails y carpetas.
Las cuestiones de poca importancia vinculadas al diseño y al formateo como , por ejemplo, establecer los márgenes de un Google Doc o encontrar exactamente dónde va ese corchete que falta en una fórmula de Excel están en la cima del tiempo invertido en tareas intrascendentes. El estudio equipara las horas que un trabajador contemporáneo dedica a cambiar el tamaño y el color de las fuentes durante toda su carrera con el año que Shakespeare dedicó a escribir El rey Lear.
Revisar un documento e incluir sesudos comentarios al texto que luego habrá que aceptar, eliminar o contrarrestar con otros comentarios aún más agudos que a su vez generan una cascada de comentarios de varios colores cuya secuencia nadie es capaz de determinar es otra de las tareas que encabezan el índice WTF. Apartado especial merecen los dramas: documentos que no se guardan, baterías que se agotan o conexiones de internet que fallan.
Seguramente este estudio, bautizado como Made Up por las siglas de la presunta institución de sus autores (en inglés, estudio inventado), no resistiría un enfoque estrictamente científico, pues es solo una extrapolación de cifras, pero sus estimaciones no se alejan de los números que le salen a la consultora IDC, que asegura que cada empleado gasta más de 14 horas semanales en leer y contestar correos, más de 13 en crear documentos digitales, y casi 10 en buscar información. La consultora pone precio a la adaptación a las nuevas tecnologías y sus continuas actualizaciones, lo fija en 7,5 millones de euros, a los que se suman otros 7 millones derivados de no encontrar a tiempo lo que se busca. A ese período muerto la consultora Gallup lo ha denominado absentismo mental. Un estar sin estar. Un limbo que puede habitar en algún momento el 80% de los empleados españoles.
La tecnología está en el corazón del índice de inutilidad total ponderada, pero también podría ayudar cuando se sincronizan las opciones de autocorrección, o se implantan el reconocimiento facial para las contraseñas y las huellas dactilares para iniciar sesión. Quizá entonces tampoco consigamos escribir El rey Lear como sugiere The Economist, pero al menos habremos dejado de recordar contraseñas imposibles.
Fuente: La Nación
Diario Mendoza Sur