Golf: la razón por la que no es considerado un ejercicio de baja intensidad

Aunque se suele asociar esta práctica con adultos mayores, la creciente presencia de niños y adolescentes en las canchas desafía esta percepción arraigada.

Una popular definición del golf lo describe así: “pegar, maldecir, buscar la pelota, repetir”. Un deporte al aire libre donde los jugadores buscan embocar una pequeña pelota en un hoyo utilizando diversos tipos de palos. El objetivo es completar 18 hoyos con la menor cantidad de golpes posible. Si bien el origen del golf es incierto, se cree que se desarrolló en Escocia durante el siglo XV. En ese entonces se lo entendía como un deporte exclusivo de las clases altas; era practicado por la nobleza y la aristocracia escocesa. Sin embargo, con el tiempo se popularizó y hoy es una disciplina con más de 20 mil campos de golf alrededor del mundo, según la plataforma global de datos e inteligencia artificial Statista Research Department.

Existe la creencia de que es un deporte practicado exclusivamente por adultos; no obstante, los rankings internacionales y la concurrencia en las canchas revelan la presencia –cada vez mayor– de niños y jóvenes. Incluso, algunos clubes ofrecen clases grupales para niños de cuatro años en adelante y kits adaptados para pequeños de hasta dos años. Según destaca la Fundación Nacional de Golf de los EE.UU., en los últimos años, la composición demográfica de los golfistas es más diversa. Se registró un incremento neto de casi un millón de jóvenes (de 6 a 17 años), constituyendo el aumento más significativo en cualquier segmento de participación en el campo y en el más alto desde 2006, justo antes de la Gran Recesión.

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