Astrofísica se escribe con Ñ
Cecilia Garraffo, licenciada en la Universidad Nacional de La Plata y doctorada en la UBA, dirige AstroAI, el primer centro de inteligencia artificial aplicada a la astronomía. Este proyecto, que depende de la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, busca hacer uso de diferentes disciplinas para hacer posible una nueva generación de astrofísica.
«Cuando estaba haciendo el doctorado me invitaron a venir a [la universidad] Brandeis», indica Garraffo, entrevistada por El Cronista. «Me especializaba en teorías de gravedad, y la solución de agujero negro de la teoría de gravedad que yo estudiaba en ese momento era la Boulware-Deser. Deser estaba en Brandeis, así que tenía sentido ir allí».
Stanley Deser, el científico a quien hace mención, fue un físico teórico estadounidense reconocido por sus importantes contribuciones en áreas como la relatividad general, la gravedad cuántica y la supergravedad.
Una vez en Brandeis, Garraffo se unió al grupo de neurociencias computacional de la universidad, a la vez que hacía física teórica y parte de su doctorado. Ese fue su primer acercamiento a redes neuronales, un campo que utiliza de manera permanente en AstroAI.
Tras finalizar su doctorado, se unió en 2013 al Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics para trabajar en astrofísica estelar computacional. Cinco años después, pasó a formar parte del Instituto de Ciencia Computacional Aplicada de la Universidad de Harvard, donde desarrolló algoritmos de aprendizaje automático para llevar a cabo investigaciones astrofísicas basadas en datos.
Qué es AstroAI y cuáles son sus objetivos
Con la intención de integrar la ciencia de datos con la astrofísica, Cecilia Garraffo fundó AstroAI. Este centro busca «unir a expertos en inteligencia artificial con científicos para abordar los problemas más apasionantes y desafiantes de la astrofísica», según indica el Center for Astrophysics | Harvard & Smithsonian.
«Al facilitar colaboraciones interdisciplinarias y aprovechar la experiencia de la comunidad científica», el objetivo es «avanzar en nuestra comprensión del universo e impulsar una tecnología que revolucione y acelere los descubrimientos científicos«.
El proyecto fue de menor a mayor. «Todo lo hicimos sin ningún founding», revela Garraffo. «Ahora el centro de astrofísica está apoyando este proyecto y es otra cosa, pero empezamos a pulmón». En los inicios, eran cuatro los científicos que estaban detrás de AstroAI; ella, Jack Steiner, Rafael Martínez-Galarza, Floor Broekgaarden y Phillip Cargile.
«Empezamos con trece miembros, cuatro proyectos y dos asociados y ya al mes habíamos llegado y superado la métrica que queríamos para el año. En dos meses ya teníamos tres papers, veinticuatro proyectos, charlas invitadas, veintinueve miembros, armamos un programa de pasantías«.
Hoy en día, según indica la web oficial de AstroAI, son 12 científicos en los roles de liderazgo, ocho como supervisores y 12 estudiantes de diferentes universidades los que están involucrados en el proyecto.
Uno de los objetivos del proyecto es generar un modelo de lenguaje que se entrene a partir de todo el conocimiento de astrofísica que se haya desarrollado hasta la fecha. De esta forma, las respuestas a problemas de temas relacionados con el espacio podrían resolverse en cuestión de minutos. «Nos hace más ágil la ciencia», indica Garraffo.
«Ahora, con la cantidad de datos que estamos recibiendo de la nueva generación de telescopios, no es cuestión de sacarle trabajo a personas como Jack [Steiner, astrofísico que investiga la masa estelar de agujeros negros y cofundador de AstroAI]. Es cuestión de que no vamos a tener suficientes Jacks ni suficientes horas».
El centro también está trabajando en una iniciativa llamadad EarthAI, donde se utiliza el expertise de AstroAI para extraer datos de dos satélites. «Uno se llama Tempo, que monitorea la polución en la tierra; el otro se llama Methane Sat, y controla los niveles de metano en la tierra, para ver si hay escapes». El objetivo es mejorar y acelerar detecciones que tengan impacto en salud pública y en políticas para preservar la Tierra.
Si bien cuentan con el apoyo de Harvard y el Instituto Smithsoniano, AstroAI está en busca de capital privado que les permita seguir expandiendo su investigación. «Tenemos una de las personas en el leadership team que está hablando con Amazon y Microsoft para ver si encontramos algún founding privado».
Tan cerca y a la vez tan lejos
«Soy muy porteña», indica Garraffo, quien cuenta que también baila tango y extraña «mucho» las medialunas. A pesar de haber desarrollado su carrera en los Estados Unidos no dejó de lado su amor por la Argentina y asegura extrañar «un montón».
Ese afecto por el país no solo se limita a su cultura y sus costumbres, también llega al ámbito educativo. «La universidad pública en la Argentina es espectacular, nos prepara muy bien. Quizás la carrera es muy larga y eso complica las cosas para gente que no tiene la capacidad de no trabajar por tanto tiempo, pero cuando terminamos la licenciatura yo creo que estamos a un nivel mucho más avanzado que cuando terminan acá un máster.
«En AstroAI, si me dicen que viene alguien que estudió en Argentina y yo no lo dudo», asegura la astrofísica. «La educación pública es de primera línea, me preparó súper bien. Aunque vivo acá por cuestiones personales, siento un compromiso grande con la Argentina y con devolver lo que recibí, porque recibí educación gratuita«.
Fuente: Infotechnology
Diario Mendoza Sur
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