Cómo evitar que los juegos móviles manipulen a los niños para que gasten más a espaldas de los adultos

Los juegos móviles son, de manera creciente, una parte de la experiencia infantil, y los desarrolladores lo saben. Cómo evitar que los niños caigan en patrones de conducta poco deseables y qué posibilidades hay de sumar un pensamiento crítico y criterios éticos a la usabilidad y la experiencia de usuario de los videojuegos.

Los juegos especialmente diseñados para dispositivos móviles están cada vez más presentes en la vida de chicos y grandes, y es un fenómeno que terminó de cristalizarse con el transcurso de la pandemia: creció 75%, de acuerdo a un reporte de IDC.

No se prevé una caída: se espera que todo el mercado mundial del mobile gaming  valga u$s173.400 millones para 2026, bastante por arriba de los u$s 131.200 millones que valía en 2021, dicen datos recogidos por la plataforma Statista.

Muchos de los juegos mobile -la gran mayoría, de hecho- son de descarga gratuita, pero hay que pagar para obtener más vidas, o más herramientas para avanzar dentro del universo lúdico. Este hecho puede representar un problema para cualquier persona que no pueda controlar sus gastos, pero más aún para los niños que tienen a disposición los medios de pagos de sus padres y que pueden acceder a ellos sin la supervisión adecuada.

Sucede que los juegos mobile hacen cada vez más fácil la posibilidad de realizar pagos in-app (es decir, sin dejar de jugar) y, al momento de su desarrollo, los especialistas en usabilidad y experiencia de usuario (UX) ponen sus mayores esfuerzos para bajar las barreras y facilitar las compras: con tan solo dos o tres clics, como mucho, cualquier jugador puede comprar lo que sea que el juego ofrezca, vidas, herramientas o ‘monedas’, como sabe cualquiera que haya usado estos programas. Pero eso no es todo: estos juegos pueden generar adicción a los niños y problemas para toda la familia, más allá de los efectos económicos propiamente dichos.

Aquí es donde las necesidades empresariales, del negocio, se chocan contra las necesidades -incluso los derechos- de los menores. La mayoría de las aplicaciones para teléfonos móviles destinadas a los niños utilizan «trucos de diseño manipuladores» para «atraer» a los niños a jugar durante más tiempo o a realizar más compras, según un estudio realizado por la Universidad de Michigan.

De acuerdo a los investigadores estadounidenses, cuatro de cada cinco juegos móviles para niños incluyen características de diseño conocidas como «patrones oscuros» (dark patterns, en inglés), con el fin de «servir a los intereses de las empresas tecnológicas por encima de los intereses de los niños«.

Se habla de muchas malas prácticas o «patrones oscuros» relacionados a las interacciones que se diseñan para que un producto cumpla las necesidades del negocio, pero creo que lo peor que podemos hacer como diseñadores UX es dejarnos guiar 100% por los objetivos comerciales.

Esto deriva en que los niños se niegan a dejar sus dispositivos durante la cena o a la hora de acostarse, lo que provoca estrés familiar. Es más, se descubrió que los niños de hogares con bajos ingresos o cuyos padres tienen un nivel de educación más bajo son más propensos a utilizar aplicaciones que despliegan tales métodos y aumentan su exposición a los anuncios, según lo aseguró la autora principal del artículo, Jenny Radesky, investigadora de Michigan Medicine, a través un comunicado de prensa tras la publicación del estudio en cuestión en el JAMA Network Open.

PATRONES OSCUROS

«Me encantaría poder responder que todos los diseños de juegos y aplicaciones para chicos contemplan que los niños pueden tener acceso a dispositivos sin permiso de los padres, para tomar precauciones y validaciones extra al momento de realizar compras, pero no es así», dice al respecto Geraldine Gamondes, Design Director de intive Americas, una empresa global de desarrollo de software.

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