Cámaras de videovigilancia, aplicaciones y drones: las nuevas tecnologías que usa el narco

El Cártel de Sinaloa y el CJNG han utilizado tecnología similar a la utilizada por el gobierno federal para optimizar sus oepraciones.

No es ninguna novedad que la delincuencia organizada en México suele incorporar tecnologías de vanguardia para optimizar sus operaciones de tráfico de drogas, incrementar su seguridad y tener un mayor control al interior de la empresa criminal.

En ciudades como Culiacán, bastión del Cártel de Sinaloa, se ha encontrado que los narcos cuentan con oficinas parecidas a las de videogilancia del C4 del gobierno federal. Incluso se ha descubierto que no solo cuentan con cámaras propias en puntos determinados de la ciudad, sino que incluso han llegado a hackear las cámaras de vigilancia de negocios y establecimientos para sus propios fines.

También han llevado la tecnología un paso más lejos al crear aplicaciones que se exhiben como empresas locales para trasladar alimentos pero que en realidad son utilizadas para transportar drogas u otros artículos de interés para el negocio del cártel, aunque también se ha dado el caso de que utilizan compañías legítimas para trasladar enervantes, sin que los mensajeron sepan qué es lo que están llevando.

“Los punteros (o halcones) siguen siendo la vigilancia más efectiva que tienen los grupos crimnales, pero eso no quita que usen las cámaras, y que hayan creado o utilicen aplicaciones disfrazadas de comida para repartir droga, y la reparten compañías legítimas que no saben que en realidad llevan droga; y es como usan la tecnología para realizar sus actividades”, dijo al diario local Ríodoce un consultor en temas de seguridad cibernética.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), por ejemplo, es uno de los primeros grupos del crimen organizado que comenzó a usar drones modificados para atacar a sus rivales en los diferentes frentes de batalla que mantienen en las entidades de la República Mexicana.

Hace poco se reveló que incluso cuentan con un Grupo de Élite específico para operar los drones ya sea para vuelos de vigilancia o ataques con explosivos contra rivales que se encuentran a más de mil 500 metros de distancia.

Según el informe del Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), desde el 2021 a la fecha se han registrado “al menos 23 ataques con drones y el CJNG lleva a cabo más de la mitad de todos los ataques que tienen lugar en México”.

En el llamado Juicio del Siglo contra Joaquín El Chapo Guzmán también se dio cuenta del poder tecnológico con el que cuenta el Cártel de Sinaloa. Fue durante el testimonio del colombiano Christian Rodríguez cuando se supo que había ganado medio millón de dólares por crear un sistema de comunicaciones encriptada para el Cártel de Sinaloa.

Rodríguez era especializado en herramientas telemáticas y digitales, con énfasis en sofisticados sistemas de encriptamiento, y trabajaba para el capo colombiano Jorge Cifuentes Villa, quien lo presentó con el “Chapo” en 2008.

Rodríguez viajó hasta la tierra del Chapo Guzmán, en Badiraguato, para instalar antenas en diferente spuntos de la sierra a fin de optimizar las comunicaciones entre el capo sinaloense y sus grupos de seguridad conformados por sicarios, halcones y traficantes de droga.

El colombiano hasta desarrolló un software especial para que el Chapo pudiera espiar a personas en su entorno, y también, motivado por los celos, a varias de las parejas que tenía.

“Tenemos que estar a la vanguardia, porque el crimen organizado usa tecnología muy avanzada, desde instalar cosas simples, como un puesto de tacos afuera de una zona militar para vigilar el movimiento de tropas, hasta usar un sistema sofisticado de escuchas para controlar las frecuencias de las fuerzas armadas”, llegó advertir la Sedena en un comunicado.

Fuente: Infobae

Diario Mendoza Sur

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