Por cuarta vez en el año, vandalizaron la sede del PJ en Mendoza
Con amenazas de muerte, vandalismo en la propiedad y escritos agresivos, el presidente del partido realizó una nueva denuncia.
Este 31 de octubre la sede ubicada en Capital, amaneció con daños y dibujos en la fachada. Guillermo Carmona, presidente del Partido Justicialista de Mendoza, realizó la correspondiente denuncia y mediante sus redes sociales, compartió una cronología de los hechos.
El primer suceso ocurrió el 6 de enero, con un robo en la sede y daños en los archivos de documentación, luego el 9 de septiembre, en el que desconocidos solo provocaron destrozos en el interior, diez días después volvieron a provocar daños y pintaron un cartel que indicaba “muerte a los K” y un símbolo anarquista.
En cada hecho, se han realizado las correspondientes denuncias penales, pero ni los funcionarios del Ministerio Público, los fiscales o uniformados de la fuerza, han demostrado interés en la investigación para dar con los autores, a pesar de haber presentado material audiovisual, registrado por la cámaras que se instalaron luego del segundo hecho.
El presidente del partido, indicó en un posteo lo siguiente:
“En primer lugar, considero fundamental señalar que tal situación pone en evidencia el calamitoso estado de inseguridad que padecemos en nuestra provincia. Que hechos delictivos se cometan en una de las zonas consideradas “más seguras” de la Ciudad de Mendoza, de manera reiterada y con ensañamiento, nos impone reflexionar sobre las críticas situaciones que sufrimos los habitantes de la provincia en áreas en las que no hay sistemas de video vigilancia, rondines de la policía municipal ni presencia de la Policía de Mendoza. La falta de respuesta policial preventiva y de la acción investigativa de fiscales y jueces resulta cada vez más alarmante.
Sin embargo, en estos casos que he descripto más arriba, se suma la cuestión del ataque hacia un partido político, el principal partido de oposición de la provincia, casos en los que el vandalismo y las expresiones de odio cobran un sentido político que daña a la democracia y encienden una alarma sobre la intolerancia que se manifiesta en algunos sectores de la sociedad involucrados en el fomento de la descalificación y la estigmatización. La ausencia de reacción oficial ante este tipo de situaciones acrecienta el peligro de que este tipo de prácticas violentas se naturalicen y hasta se promuevan”.
Diario Mendoza Sur