“Es un milagro que una niña que recibió una descarga eléctrica hoy se encuentre tan bien”

En julio de 2015 Samira Valdez se encontraba jugando en una canchita frente a su casa cuando repentinamente recibió una descarga eléctrica que le produjo un 40 % de quemaduras en su cuerpo. Hoy los médicos, entre ellos Franco Rosso – de la unidad de quemados y cirugía reconstructiva del Hospital Schestakow – no se explican, y a la vez agradecen, cómo es que se encuentra tan bien.

“Samira en su momento estuvo al borde de que tuviéramos que amputarle una mano y un pie. El panorama en un principio era desolador, había poca esperanza ya que gran porcentaje de su cuerpo estaba quemado”, señaló Rosso.

Cuando hay una quemadura que difiere a lo que es mediante el agua o el fuego, en este caso electricidad, se agrava la situación ya que se producen quemaduras en los órganos internos.

Recordemos que cuando Samira Valdez llegó al nosocomio para ser atendida tenía la espalda, la cola y el miembro inferior derecho quemados, de hecho casi en la mitad del cuerpo sufrió quemaduras.

“El cuadro era desolador pero creo que los niños tienen una resistencia impresionante. Fuimos reconstruyéndola a través de un sinfín de cirugías y es increíble que hoy, con 9 años, pueda caminar, es un milagro”, añadió Rosso, quien para finalizar agradeció a Darío Biancotti –también médico de la unidad de quemados y cirugía reconstructiva del Schestakow – al equipo de terapia intensiva y de la parte pediátrica de dicho nosocomio por haber realizado un gran esfuerzo.

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