Después del escándalo, reunieron a los comisarios para bajarles línea

Luego de la ruidosa salida de Roberto Munives de la Dirección General de Policías, el ministro de Seguridad de Mendoza, Raúl Levrino, intenta retomar el poder. Sucede que no son pocos los que dicen -afuera y adentro del Gobierno- que “estaba pintado” en referencia a sus propias palabras relacionadas con el desconocimiento sobre el accionar del ahora ex jefe de la Policía.

El Ejecutivo oficializó el nombramiento del comisario Marcelo Calipo como mandamás de la institución azul y casi de inmediato se convocó a la tropa.

Fue muy duro el golpe que recibió el Gobierno provincial con el caso Munives, pero mucho más duro fue para Alfredo Cornejo, el hombre que tiene fuertes aspiraciones en el 2023 y el padre de la criatura. Fue él quien lo llevó al uniformado a transformarse en político, con todas las mañas que eso significa.

Ahora es momento de reacomodar las piezas, maquillando un poco la cúpula, teniendo en cuenta que Calipo era el segundo en la línea de mando.

El ministro Levrino, junto al flamante titular de la Policía, llamó urgente a los jefes distritales, departamentales, de Investigaciones y de Cuerpos Especiales. Allí se les bajó línea y se les solicitó compromiso y lealtad.

Desde el Ministerio de Seguridad, se limitaron a decir que el encuentro tuvo que ver “simplemente” con la coordinación de tareas preventivas en todo el ámbito provincial.

En el Gobierno saben perfectamente que están golpeados y tiemblan con las declaraciones de la novia de Munives, la gran protagonista de esta historia, y la persona que prometió destapar la olla. En ese marco, la estrategia es tratar de convencer a la comunidad de que se están haciendo bien las cosas en materia de seguridad y en ese marcó sacarán la mayor cantidad de uniformados a las calles en los próximos días para generar esa sensación.

Diario Mendoza Sur

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