Martín Guzmán dijo que quiere convertir a la Argentina en «un buen deudor»

El ministro de Economía Martín Guzmán dijo que quiere convertir a la Argentina en «un buen deudor», pero que falta un largo camino para llegar a un acuerdo con los acreedores que sea sostenible.

En diálogo con El País de España, el funcionario se mostró tranquilo frente a esta negociación, que necesita cerrar antes del 22 de mayo para que el país no entre en default. Este desafío se da en medio de una fuerte crisis económica que intensificó la pandemia de coronavirus.

«El coronavirus afectó toda la logística», admitió el ministro. «Es muy distinto cuando el diálogo entre los acreedores y el gobierno se realiza por videoconferencia. El hecho de no estar en persona condiciona el proceso», aseguró.

El gobierno oficializó este lunes la extensión del canje de deuda hasta el 22 de mayo, el último día que tiene la Argentina para reestructurar, pagar un vencimiento de U$S503 millones pendiente desde fines de abril.

El viernes último, había vencido el plazo de aceptación de la oferta de reestructuración de la deuda que el gobierno argentino propuso a los bonistas: canjear 66.300 millones de dólares de bonos emitidos bajo legislación extranjera con una quita de intereses de un 62%, de un 5,4% en el capital y tres años de gracia.

Como consecuencia, la fecha del anuncio de los resultados vencerá el lunes 25 de mayo. Finalmente, la liquidación de la operación (es decir, la entrega de los nuevos bonos por los reestructurados) vencerá el miércoles 27. Aunque, podría terminar antes si las negociaciones son exitosas o volver a extenderse.

«Lo fundamental es que el acuerdo sea sostenible. Queremos convertir a la Argentina en un buen deudor que pueda hacer frente a sus compromisos. Y hay múltiples combinaciones de los parámetros de una oferta que son consistentes con la idea de lo que llamamos restaurar la sostenibilidad», argumentó el ministro.

Guzmán admitió que hasta el momento no recibió ninguna contrapropuesta.

Al ser consultado por la impresión de grandes cantidades de pesos y su posible impacto en la inflación, que desacelera, el funcionario a cargo de la Hacienda del país explicó: «En Argentina, como el objetivo fue priorizar la salud ante la pandemia, decidimos restringir fuertemente la circulación de personas. La cuarentena afectó mucho la actividad económica y tiene un costo fiscal importante, en un contexto en el que Argentina carece de acceso al crédito internacional».

Frente a esto, planteó: «Con el país saliendo de la cuarentena se crea la necesidad de esterilizar parte de la creación de dinero. Eso ya está ocurriendo. De hecho, Argentina está entrando en una dinámica positiva en el desarrollo de un mercado de deuda pública en pesos que en diciembre estaba cerrado».

Respecto al contexto internacional, que también es deflacionario, el funcionario argentino aseguró que Argentina propone pagar un cupón promedio de 2,3%, que es lo que el país está en condiciones de hacer. «Es cierto que las tasas globales de interés son muy bajas. Si se aceptara nuestra oferta, Argentina podría hacer frente a sus compromisos y nuestros acreedores tendrían un retorno realista. Al cupón promedio que hoy paga Argentina, del 7%, no podemos hacerle frente», reconoció Guzmán.

El hombre que está al frente de las negociaciones de la deuda argentina, aseguró que hubo mucha controversia en torno al pedido de tres años de gracia. «Ese era un parámetro crítico para nuestros acreedores. El análisis de sostenibilidad de la deuda del FMI sugería un periodo de gracia de cinco años, en las negociaciones propusimos cuatro y dada la importancia de ese parámetro bajamos a tres años. Es un proceso que sigue», sostuvo.

Guzmán contó que estuvo conversando con «un gran exministro de Economía» argentino y que le advirtió que le iban a decir que no tenía un plan económico, «mientras no sea el plan que quieren ellos». Pero remarcó que Argentina presentó un plan y que el mismo es público.

En relación al enojo de algunos técnicos del Fondo Monetario Internacional sobre que el país negoció primero con acreedores privados antes que con ellos, Guzmán explicó que tiene que ver con los tiempos. «Los tramos fuertes para la devolución de la deuda con el FMI [sobre un total de 44.000 millones de dólares] recaen entre el 2021 y el 2023. En cambio, en 2020 debíamos afrontar pagos muy grandes a los acreedores privados», detalló el funcionario argentino.

En el caso de que para el 22 de mayo se llegue a un acuerdo, el ministro adelantó que «el horizonte consiste en una estructura productiva capaz de satisfacer un conjunto de condiciones al mismo tiempo: garantizar trabajo con inclusión; generar dinamismo y competitividad, algo con lo que siempre hemos tenido problemas».

Además, el país intentará «conseguir estabilidad macroeconómica, con un aumento de las exportaciones que sea consistente con el crecimiento del PIB en términos reales». Guzmán contextualizó: «Argentina vivió históricamente periodos de auge seguidos de caídas, crisis de balanza de pagos recurrentes, crisis de deuda soberana. Esa inestabilidad destruye empleo y genera exclusión social».

El ministro detalló que en el país el 40% de la población se encuentra en situación de precariedad laboral y el 52,3% de los chicos menores de 14 años son pobres, un dato que duele pero que es de público conocimiento.

Argentina y el dólar
Frente al planteo de que el país podría acumular grandes reservas de dólares si no paga la deuda por tres años, Guzmán reconoció: «Argentina tiene un problema de integración en los mercados internacionales relacionado con varios factores».

En este sentido, detalló que uno de ellos son los controles de capital muy rígidos, implementados en agosto de 2019 en un contexto de alta ansiedad en la economía. «Argentina necesita unas regulaciones más flexibles. Para eso tenemos que construir robustez, acumular reservas que sostengan un mercado interno de deuda en pesos, un factor muy importante para que el país pueda endeudarse en su propia moneda», señaló el ministro.

Mientras tanto en la Argentina la fuerte suba del dólar blue, que este miércoles rozó los $133, ocupó la portada de los diarios locales. En relación a esta situación, Guzmán planteó que el país sigue en una situación de inestabilidad. «El cambio oficial va a ir moviéndose con la inflación. Bajo condiciones de estabilidad macroeconómica se generaría estabilidad también en los mercados cambiarios alternativos. Respecto al dólar oficial, aseguró: «Lo mantenemos en un tipo de cambio real competitivo [69 pesos por dólar] y estable».

Pero la semana que viene, el país también se podría enfrentar al escenario de que no la propuesta sea rechazada. Si eso sucediera, Guzmán adelantó que no va a parar hasta lograr una negociación que sea sostenible para el país.

«Argentina está en este proceso de reestructuración de la deuda porque no tiene capacidad de pago. Y va a trabajar hasta conseguir el acuerdo. Claramente, todavía hay un camino importante por recorrer para llegar a un acuerdo», admitió.

Finalmente, el ministro se mostró esperanzado y aseguró que «el diálogo está yendo por donde queremos que vaya».

 

Fuente: tn

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