Una buena para Trump: EE.UU. tuvo su mayor crecimiento económico en 13 años

La economía de Estados Unidos creció un 2,9% en 2018 respecto del año anterior, una expansión récord que comparte el podio junto a 2015 como los dos años de mayor crecimiento desde 2005, antes de que estallara la crisis financiera global que provocó la Gran Recesión.

El potente crecimiento de 2018 se debió en gran medida al impulso que le brindó a la locomotora de Estados Unidos el recorte de impuestos implementado por el presidente, Donald Trump , y los republicanos en el Congreso. A ese paquete fiscal se sumó la ofensiva de desregulaciones desplegada por la Casa Blanca –con medidas en detrimento de la lucha contra el cambio climático y los derechos de los trabajadores–, y la relativa bonanza global, con un mundo que, por ahora, crece en sincronía.

Los datos económicos del último trimestre del año anterior le dieron una buena noticia al presidente Donald Trump luego de dos días para el olvido para la Casa Blanca, signados por el crudo testimonio del exabogado personal de Trump, Michael Cohen, ante el Congreso y el fracaso de la cumbre de Hanoi con el dictador norcoreano, Kim Jong-un , con quien el mandatario estadounidense fracasó en lograr un acuerdo.

Detrás de la robusta expansión de 2018, las cifras oficiales confirmaron una tendencia menos alentadora: la economía de Estados Unidos ha comenzado a desacelerarse. Las cifras son provisorias, y sujetas a revisión. El crecimiento anualizado del último trimestre fue del 2,6 por ciento, por debajo del salto que dio la primera potencia global durante los dos trimestres anteriores.

Atenta a ese «aterrizaje suave», la Reserva Federal, «Fed», en la jerga, el banco central de Estados Unidos, decidió morigerar el ajuste de su tasa de interés de referencia y poner una pausa en la secuencia de subas que había comenzado a implementar en los últimos años. Luego de que la economía derrapó en 2008, la Fed recortó la tasa a un rango del 0-0,25 por ciento para impedir una depresión. A fines de 2015, comenzó un proceso de subas graduales que la llevó hasta el 2,25-2,5 por ciento.

Esa suba de la tasa de interés fue uno de los factores que alimentó la corrida cambiaria que sufrió el peso argentino el año anterior, que desató la crisis económica actual.

La Fed, ahora bajo el timoneo de Jerome Powell, ha sugerido en las últimas semanas que evitará volver a tocar la tasa en los próximos meses –algunos analistas especulan con que podría evitar subas por el resto del año– ante el riesgo de una recesión.

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