La vergüenza de Francisco

El papa Francisco reconoció su «vergüenza» y «sufrimiento» ante «el fracaso» de la Iglesia por no haber afrontado de modo adecuado «los crímenes innobles» del clero en Irlanda. Lo dijo durante su discurso en el marco de su visita a ese país, adonde llegó hoy para participar en las jornadas tituladas «Encuentro Mundial de las Familias”.

«El fracaso de las autoridades eclesiásticas -obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto estos sentimientos», declaró el pontífice en su intervención sobre el tema.

El Papa Francisco desembarcó esta mañana en Irlanda, donde la última visita pontificia fue en 1979. En ese entonces más de la mitad de la población del país se movilizó para ver a Papa Juan Pablo II, cuando todavía en esas tierras no estaban legalizados ni el divorcio ni el uso de métodos anticonceptivos. Treinta y nueve años después, Francisco se encuentra con un panorama muy diferente: una Irlanda donde la Iglesia ha ido perdiendo influencia, entre otros motivos, tras los escándalos de abusos sexuales. Es por esto que Francisco concluyó su discurso con una expresión de deseo, para que Irlanda «no olvide las vibrantes melodías del mensaje cristiano que la han sustentado en el pasado y pueden seguir haciéndolo en el futuro».

El pasado 26 de mayo una aplastante mayoría votó por el “Sí” en el referendo a favor de legalizar el aborto. En ese momento, el primer ministro Leo Varadkar, abiertamente gay y figura emblema de los cambios culturales que atraviesa la República de Irlanda, también recurrió a la palabra “vergüenza”, pero en un sentido diferente: dijo ante la multitud que se congregó en el Castillo de Dublín que ése era «el inicio de una silenciosa revolución que demuestra que el pueblo de Irlanda respeta y confía en las decisiones que las mujeres toman… No más estigma, ni secreto, ni vergüenza”.

Tampoco es la primera vez que Francisco asegura estar avergonzado por el escándalo desatado a partir del destape de los abusos sexuales en el clero. En su visita a Chile, en mayo de este año, también se pronunció sobre el tema y admitió que hubo “graves errores” en el «manejo de este tema en Chile» y que se avergonzaba por lo ocurrido. Se refería a las denuncias en torno a la figura de Juan Barro, obispo de Osorno, encubridor de los abusos sexuales a menores cometidos por el padre Fernando Karadima, quien en un comienzo había recibido la protección del Papa. A fines de mayo todo desembocó en la inédita renuncia de 34 obispos chilenos.

Esta referencia al “fracaso” en el discurso papal llega, además, pocos días después de la publicación en Pensilvania (Estados Unidos) de un devastador informe sobre violencia sexual durante años a cerca de mil menores por parte de 300 sacerdotes. No han sido las únicas palabras de Francisco sobre el tema: esta semana escribió una carta dirigida a los católicos en la que pidió que todos ayuden a desterrar esta «cultura de muerte» y prometió que no habría más encubrimientos a sacerdotes abusadores.

 

Fuente:www.pagina12.com

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