La macabra historia de un hospital que se dedicó a “acortar la vida” de sus pacientes en Inglaterra

El horror que se vivió en un centro de salud en Inglaterra durante los últimos años del siglo XX salió a la luz recientemente. Para esa época, más de 450 pacientes murieron en el hospital de Gosport, en el sur de Inglaterra, luego de que les suministraran medicamentos con el fin de “acortarles la vida”.

La información se dio a conocer tras una investigación realizada por el exobispo de Liverpool, James Jones, quien denunció una «práctica institucionalizada en el Gosport War Memorial Hospital entre 1989 y 2000», con el objetivo de «acortar la vida» de los pacientes «prescribiéndoles y administrándoles opiáceos sin justificación médica».

El informe, elaborado a partir del estudio de más de un millón de documentos desde 2014, reveló las circunstancias en que se produjeron centenares de decesos sospechosos ocurridos en ese establecimiento. Según concluyó la investigación, hubo “un régimen institucionalizado de prescripción y administración de peligrosas dosis de combinaciones de medicamentos, que no estaban clínicamente justificadas, con pacientes y familiares sin capacidad para interactuar con el personal sanitario”.

A través de los documentos examinados, los investigadores hallaron evidencia de “uso inapropiado de opiáceos en 456 pacientes” y, basándose en historiales clínicos desaparecidos, apuntaron que habría “otras 200 personas afectadas”.

Los resultados de la investigación sorprendieron al Gobierno británico. «Los hechos ocurridos en el Gosport Memorial Hospital son trágicos, profundamente preocupantes y causaron una pena inimaginable a numerosas familias afectadas», declaró la primera ministra, Theresa May, este miércoles ante la Cámara de los comunes.

May expresó sus disculpas a los familiares por el tiempo que tuvieron que esperar para obtener «respuestas», ya que el informe de la investigación señaló que hubo enfermeras que dieron la alarma entre febrero de 1991 y enero de 1992, pero sus advertencias no fueron tomadas en cuenta. Además, indicó que el caso es una cuestión «de la que el Parlamento debe ocuparse», según recogió El Mundo.

Por su parte, el ministro británico de Sanidad, Jeremy Hunt, aseguró que «la Policía examinará cuidadosamente el nuevo material que aporta el informe, antes de determinar los próximos pasos a seguir y, en particular, la posible carga penal».

Varios de los familiares de las personas afectadas conocieron el resultado de la investigación mientras llevaban adelante una protesta frente al hospital. Bridget Reeves -cuya abuela, Elsie Divine, murió a los 88 años a consecuencia de los opiáceos administrados en el centro médico en 1999- destacó que lo ocurrido es «horrible, vergonzoso e imperdonable», e insistió en que los hechos deben ser juzgados por un tribunal penal porque, sólo «cuando el jurado decida» sobre lo ocurrido, las víctimas podrán «descansar».

 

Fuente:TNMundo

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