El FMI mejora sus estimaciones de crecimiento mundial a medida que avanza la vacunación

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentó ligeramente las proyecciones de crecimiento global, a medida que la pandemia queda atrás y las vacunas empiezan a llegar a distintos lugares del planeta.

“En medio de una incertidumbre excepcional, se prevé que la economía mundial crezca un 5,5 por ciento en 2021 y un 4,2 por ciento en 2022. El pronóstico para 2021 se revisa al alza 0,3 puntos porcentuales en relación con el pronóstico anterior, lo que refleja las expectativas de un fortalecimiento de la actividad impulsado por las vacunas más adelante en el año y el apoyo adicional de las políticas en algunas economías grandes”, dijo el organismo en su reporte de proyecciones de enero.

Si bien mejoró las perspectivas, el FMI prefirió la prudencia. “Aunque las recientes aprobaciones de vacunas han generado esperanzas de un cambio radical en la pandemia a finales de este año, las olas renovadas y las nuevas variantes del virus plantean preocupaciones para las perspectivas”, matizó el organismo.

“Se proyecta que la fuerza de la recuperación variará significativamente entre países, dependiendo del acceso a intervenciones médicas, la efectividad del apoyo de las políticas, la exposición a efectos de contagio entre países y las características estructurales que ingresan a la crisis”, agregó el FMI.

Para Latinoamérica, el FMI espera que la contracción económica de 2020 cierre en -7,4%. En 2021, rebotaría hasta 4,1% (medio punto por encima de lo proyectado en octubre) y mejoraría a 2,9%.

El impacto de la pandemia sigue presente en las estimaciones al cierre de 2020. “La contracción del crecimiento mundial para 2020 se estima en -3,5 por ciento, 0,9 puntos porcentuales más que lo proyectado en el pronóstico anterior (lo que refleja un impulso más fuerte de lo esperado en la segunda mitad de 2020)”, afirmó el FMI.

Anticipa más reestructuraciones de deuda
Según el organismo que conduce Kristalina Giorgieva, los efectos negativos de la pandemia se verán con más fuerza en países con menores ingresos. En esa línea, el organismo sostuvo que podrían ser inevitables nuevas reestructuraciones de deuda.

“Muchos países, en particular las economías en desarrollo de bajos ingresos, entraron en la crisis con una deuda elevada que se prevé que aumente aún más durante la pandemia. La comunidad mundial deberá seguir trabajando estrechamente para garantizar un acceso adecuado a la liquidez internacional para estos países. Cuando la deuda soberana sea insostenible, los países elegibles deberían trabajar con los acreedores para reestructurar su deuda bajo el Marco Común acordado por el G20″, afirmó el organismo, en sintonía con los argumentos que esgrimió el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante la negociación con acreedores realizada en 2020.

El FMI aseguró que los países más comprometidos “requerirán más apoyo internacional en forma de donaciones, préstamos en condiciones favorables y alivio de la deuda y, en algunos casos, la reestructuración total” de sus pasivos. Las declaraciones del organismo llegan en un momento oportuno para el gobierno argentino, que se continúa discutiendo con el FMI la reestructuración del préstamo de US$44.000 millones otorgado al país durante la gestión de Mauricio Macri.

Para las economías emergentes, el FMI consideró que “deben mantener el apoyo fiscal y monetario” siempre que “la sostenibilidad de la deuda no esté en riesgo” y “las expectativas de inflación estén bien ancladas”. Asimismo, recomendó a los bancos centrales de los mercados emergentes que comuniquen claramente sus programas de recompras de activos y sus objetivos, que deben ser coherentes con “los mandatos de estabilidad de precios”.

Con respecto a las políticas cambiarias, el FMI apuntó que, “en países con mercados financieros profundos y bajos desajustes en los balances, la flexibilidad del tipo de cambio puede absorber con eficacia las perturbaciones y limitar la mala asignación de recursos”. En cambio, el organismo dijo que en economías “con vulnerabilidades en los balances y fricciones del mercado, la intervención cambiaria y las medidas temporales de gestión del flujo de capital pueden, en algunas circunstancias, ser útiles, incluso para mejorar la autonomía de la política monetaria para responder a la inflación interna y la evolución del producto” aunque dichas medidas “no deben sustituir el necesario ajuste macroeconómico”.

 

Fuente: TN

Diario Mendoza Sur

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