Corea del Sur refleja el temor mundial a un repunte de coronavirus y vuelve a cerrar bares y discotecas

La dificultad de intentar reabrir la economía sin reavivar los brotes de coronavirus​ se vio reflejada este lunes en la creciente preocupación en Corea del Sur por una segunda oleada de contagios en los recién reabiertos clubes nocturnos.

El gobierno de ese país se había visto con suficiente confianza para reabrir buena parte de su economía tras semanas en las que solo se detectaba un puñado de casos nuevos al día. Pero el lunes se reportaron al menos 35 tras el brote en los clubes, que han vuelto a cerrar de forma temporal.

China también tuvo un segundo día con 10 casos nuevos o más, cinco de ellos en la ciudad de Wuhan, epicentro original de la pandemia y donde el mes pasado se levantó una estricta cuarentena. El gobierno recordó a la gente que extremara la protección personal contra el virus.

En todo el mundo, los gobiernos tratan de hacer malabares, suavizando las cuarentenas que han dejado a millones de personas sin empleo al tiempo que advierten de la amenaza de una segunda oleada de infecciones.

En Estados Unidos, miembros del gobierno de Donald Trump se mostraron optimistas sobre un rebote relativamente rápido del virus. Pero la vida en la Casa Blanca reflejaba los difíciles desafíos que seguía planteando la pandemia, después de que el vicepresidente, Mike Pence, se pusiera en «aislamiento voluntario» cuando uno de sus colaboradores dio positivo.

En Corea del Sur, las autoridades revisaban registros de tarjetas de crédito y celulares, así como imágenes de cámaras de seguridad, para rastrear a miles de personas que visitaron un popular barrio de ocio de Seúl en las últimas semanas. Es probable que 85 casos del virus estén relacionadas con ese foco, según el alcalde de Seúl, Park Won Soon, y trabajadores sanitarios tratan de contactar con más de 3.000 de las 5.500 personas que visitaron hace poco los locales nocturnos.

El alcalde de Seúl ordenó el sábado el cierre de los bares de ocio nocturno, pero el jefe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur, Jeong Eun Kyeong, llamó este lunes a encontrar «rápidamente» a los posibles contagiados para prevenir una nueva transmisión comunitaria.

Así, recomendó a todos los que hayan visitado alguna de las discotecas entre el 24 de abril y el 6 de mayo que se hagan la prueba, aunque no hayan mostrado síntoma alguno. El Ayuntamiento tiene registrados por ahora a unos 5.500 clientes, de los cuales algo más de 3.100 aún no han sido localizados.

Corea del Sur, que en los primeros compases de la pandemia llegó a ser el segundo país del mundo con más casos, solo por detrás de China, registró hasta la fecha 10.909 contagios. Al menos 256 personas han perdido la vida víctimas de la COVID-19 en este país.

En China, aunque los nuevos casos planteaban el temor a un nuevo brote, 82.000 estudiantes de tercer año de escuela intermedia volvían a clase el lunes para preparar sus exámenes de acceso a secundaria. Y Shanghai Disneyland, cerrado desde finales de enero, reabrió sus puertas con medidas de distanciamiento social y sólo bajo reserva de plaza. Los visitantes, ataviados con mascarillas y a menudo también orejas de Mickey Mouse o disfraces de personajes, pasaron controles de temperatura corporal a la entrada.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, predijo que la economía estadounidense se reanimaría en la segunda mitad del año tras sufrir tasas de desempleo que rivalizan con la Gran Depresión. Otros 3,2 millones de trabajadores estadounidenses solicitaron prestaciones de desempleo la semana pasada, elevando el total de las últimas siete semanas a 33,5 millones de personas.

Sin embargo, el director del instituto de la Universidad de Washington que creó el modelo de coronavirus que respalda la Casa Blanca dijo que las decisiones de varios estados de reabrir los negocios «supondrán más casos y muertes de aquí a 10 días». Se espera que los casos y las muertes suban en estados como Illinois, Arizona, Florida y California, dijo el doctor Christopher Murray, del Instituto de Mediciones y Evaluación de Salud.

En muchos países, mientras tanto, se celebraba el Día de la Madre. Para algunos era el primero sin seres queridos perdidos por el virus. Otros enviaron sus buenos deseos desde una distancia segura, o a través de llamadas y videoconferencias.

Estados Unidos registró 1,3 millones de infectados y casi 80.000 muertes, la cifra más alta del mundo por mucho, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins. En todo el mundo se han registrado 4 millones de casos y más de 280.000 fallecidos, según Johns Hopkins.

Alemania, que logró reducir sus nuevos casos por debajo de 1.000 diarios antes de suavizar las restricciones, registró repuntes regionales en casos asociados a mataderos y residencias.

Francia dejó que algunos alumnos más pequeños volvieran el lunes a la escuela tras casi dos meses. La asistencia no era obligatoria por el momento. Y en España, los residentes en algunas regiones podrían sentarse de forma controlada en bares, restaurantes y otros espacios públicos el lunes, aunque Madrid y Barcelona seguían en confinamiento.

 

Fuente: clarín

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