Acero y aluminio: Estados Unidos anuncia un principio de acuerdo con la Argentina

Se trata de la aplicación de tarifas sobre las importaciones de esos insumos. Macri había hecho un pedido directo a Trump. Para la Unión Europea y otros países, aún no hay definición sobre una medida que podría disparar una guerra comercial.

(Washington, Corresponsal).- La Casa Blanca anunció esta noche que había logrado “un principio de acuerdo” con Argentina –también con Brasil y Australia — sobre la imposición de tarifas a las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos, sin dar detalles.

Ante una medida que podría desatar una guerra comercial global, el presidente Donald Trump pospuso por 30 días, sin embargo, la decisión sobre el tema con México, Canadá y la Unión Europea, con quienes continúa negociando.

En un breve comunicado, la Casa Blanca dijo que se alcanzó un acuerdo “de principios” con Argentina, Australia y Brasil, cuyos detalles “serán finalizados próximamente”. No obstante, los estadounidenses advirtieron que si los detalles no se resuelven en un corto período de tiempo, se considerará la posibilidad de «imponer nuevamente la tarifa». Otro que alcanzó un acuerdo de exención es Corea del Sur.

Revelaron, además que EE.UU. extiende también las negociaciones con Canadá, México y la Unión Europea hasta el 1 de junio. En esas tratativas, el gobierno de Trump está “enfocado en cuotas que restrinjan importaciones” y protejan la seguridad nacional.

La Argentina y el mundo esperaban con gran expectativa la decisión, que Trump debía oficialmente anunciar antes de la medianoche de hoy, cuando vencía el plazo.

Estados Unidos había anunciado que a la Argentina, junto con la Unión Europea, México, Canadá, Corea del Sur, Australia y Brasil, no se les iba a aplicar –por un tiempo– los aranceles del 25% del acero y 10% de aluminio que a principios de marzo había decidido cobrar al resto del mundo.

Estas naciones habían apelado la decisión de Trump, esgrimiendo que no son una amenaza a la seguridad de Estados Unidos, el principal argumento de Washington para lanzar esa medida global.

La Casa Blanca debía anunciar hoy si declaraba permanente esa dispensa o si exigía alguna concesión a los países. Ante una posible escalada de tarifazos de represalia en el mundo, el presidente decidió tomarse más tiempo para evaluar la situación y probablemente negociar algo a cambio con la Unión Europea, México y Canadá.

La Casa Blanca informó que con Corea del Sur había ya acordado definitivamente (según había trascendido previamente mediante la baja de cuota un 30% del promedio de los últimos tres años). Si bien el gobierno de Trump no reveló los detalles del acuerdo “de principios” que negoció con la Argentina, Australia y Brasil, podría entrar en ese terreno.

La UE se niega a negociar bajo presión y dice que aplicará sanciones en represalia. Si bien había mencionado productos como motocicletas o bourbon, la lista puede ser bien larga. Con México y Canadá pueden negociar a través del NAFTA.

Si bien el principal destinatario de las tarifas son las importaciones chinas, la Argentina podría ver perjudicadas sus exportaciones, sobre todo las de aluminio, por cerca de 700 millones de dólares.

Sería un nuevo golpe tras la drástica suba de tarifas aplicadas al biodiésel argentino el año pasado, que frenó exportaciones por US$ 1.200 millones.

Si se mantiene, la medida perjudicaría severamente las exportaciones de la Unión Europea. Esta semana estuvieron el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel para intentar convencer a Trump, pero parece no haber obtenido demasiado eco por parte del estadounidense. La UE amenaza con imponer tarifas en represalia, lo que llevaría a una guerra comercial con límites insospechados.

La Casa Blanca había dicho que estaban reevaluando el caso argentino porque “Estados Unidos tiene una importante relación de seguridad con Argentina”.

Además, destacaba “el compromiso compartido de apoyar mutuamente temas de seguridad nacional en Latinoamérica, particularmente la amenaza por la inestabilidad en Venezuela; el compromiso compartido de afrontar los excesos globales de capacidad de producción de acero; la inversión recíproca en nuestras respectivas bases industriales y la fuerte integración económica entre nuestros países”.

El gobierno de Trump señalaba entonces que el 1 de mayo el presidente decidiría “si las excepciones a esos países continuarán, en base al estatus de las discusiones”. Aclaraba, además, que Trump retenía “su autoridad de modificar las tarifas, remover las suspensiones o suspender a países adicionales”.

Las gestiones de la Argentina fueron intensas. Al día siguiente de que Trump anunciara la imposición de tarifas, el presidente Mauricio Macri se comunicó con el estadounidense para pedirle que la Argentina quede fuera de la lista.

El secretario de Comercio, Miguel Braun, y el embajador en Washington, Fernando Oris de Roa, visitaron a funcionarios de la Oficina del Representante del Comercio (USTR en sus siglas en inglés) y luego a al secretario de Comercio, Wilbur Ross. Los argentinos plantearon que nuestro país no representa una amenaza a la seguridad de Estados Unidos.

Los pedidos de Argentina se extendieron en Buenos Aires al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y luego durante la Cumbre de las Américas con el Ministerio de Producción.

Los argentinos argumentan que nuestro país merece ser exceptuado permanentemente de las tarifas. Destacan “la cooperación en defensa y seguridad entre ambos países y también los varios mecanismos institucionales para abordar asuntos económicos, como el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión bilateral.

Asimismo, remarca la fuerte relación comercial entre los dos países y destaca el importante superávit que favorece a los EEUU, superávit que se vería significativamente incrementado por la restricción a la importación de productos de acero y de aluminio desde la Argentina.”

 

Fuente: www.clarin.com/mundo

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