Carlos Tevez se envalentona con Boca: «Ojalá nos crucemos con River, no hay ningún problema»

Golear 5-0 a Alianza Lima le dio a Boca la pauta de haber cumplido con su tarea. La otra parte la hizo Palmeiras: venció a Junior, de Barranquilla, y esa combinación de resultados le permitió al conjunto de los Barros Schelotto acceder a octavos de final. El bicampeonato doméstico se festejó mucho, como se lo merecía un club que durante un año sostuvo el liderazgo. Sin embargo, esta clasificación en la Copa Libertadores resultó ser una sensación de alivio y desahogo. El plantel se sacó la mochila pesada, cargada de tensión, que significaba quedarse afuera en la etapa de grupos. Por eso es que si bien no fue una fiesta como la de la coronación, todo aquello expuso risas, chistes y mucho ritmo dentro de un clima que ahora es más tranquilo.

El alto pulso de los hinchas que colmaron la Bombonera ya le marcaba a los jugadores qué tan bien habían salido las cosas en San Pablo (Palmeiras ganó 3-1), por eso es que no hizo falta preguntar cómo había terminado y, en cambio, era necesario meterse rápido en el vestuario para celebrar íntimamente el objetivo cumplido de estar entre los mejores 16 equipos del continente.

No hizo falta estar ahí dentro para entender y conocer de qué manera se estaba distendiendo el plantel tras las últimas horas llenas de preocupación por lo que podía pasar en Brasil, donde el conjunto paulista jugó con un equipo suplente. En los pasillos más cercanos retumbaba la diversa música con la que los jugadores, más allá de que varios jugarán los dos amistosos que cerrarán el semestre, empezaron a disfrutar de sus aliviadas vacaciones: un comienzo a pura cumbia y un largo pasaje por el reggaetón.

olear 5-0 a Alianza Lima le dio a Boca la pauta de haber cumplido con su tarea. La otra parte la hizo Palmeiras: venció a Junior, de Barranquilla, y esa combinación de resultados le permitió al conjunto de los Barros Schelotto acceder a octavos de final. El bicampeonato doméstico se festejó mucho, como se lo merecía un club que durante un año sostuvo el liderazgo. Sin embargo, esta clasificación en la Copa Libertadores resultó ser una sensación de alivio y desahogo. El plantel se sacó la mochila pesada, cargada de tensión, que significaba quedarse afuera en la etapa de grupos. Por eso es que si bien no fue una fiesta como la de la coronación, todo aquello expuso risas, chistes y mucho ritmo dentro de un clima que ahora es más tranquilo.

El alto pulso de los hinchas que colmaron la Bombonera ya le marcaba a los jugadores qué tan bien habían salido las cosas en San Pablo (Palmeiras ganó 3-1), por eso es que no hizo falta preguntar cómo había terminado y, en cambio, era necesario meterse rápido en el vestuario para celebrar íntimamente el objetivo cumplido de estar entre los mejores 16 equipos del continente.

No hizo falta estar ahí dentro para entender y conocer de qué manera se estaba distendiendo el plantel tras las últimas horas llenas de preocupación por lo que podía pasar en Brasil, donde el conjunto paulista jugó con un equipo suplente. En los pasillos más cercanos retumbaba la diversa música con la que los jugadores, más allá de que varios jugarán los dos amistosos que cerrarán el semestre, empezaron a disfrutar de sus aliviadas vacaciones: un comienzo a pura cumbia y un largo pasaje por el reggaetón.

Sin embargo, no todo quedó guardado en el vestuario. El buen humor también estuvo en la conferencia de prensa. Claro que no en Guillermo: el técnico de Boca suele mostrarse serio, más en un momento definitorio como el que atravesaron en la Superliga y en la Libertadores. Aunque está claro que si se juntan Carlos Tevez y Ramón Ábila, una dupla amiga llena de química que deberá demostrar en el campo lo bien que se entiende afuera, hay diversión asegurada.

Antes de llegar a sus respectivos asientos, ambos ya estaban riéndose sobre una situación previa a mostrarse ante las cámaras. Pero Carlitos armó un show de chistes a lo largo de la conferencia que le sacó sonrisas no solo al delantero cordobés. sino también a la buena cantidad de periodistas presentes. A Leandro Aguilera de TyC Sports -por ejemplo- empezó cargándolo por la extensa primera consulta: «Ya no sé ni lo que me preguntaste, Tato. Relataste todo lo que pasó en seis meses». Aunque más que eso, parecía una falta de atención del Apache, que unos pocos minutos después también se olvidó rápido de otra pregunta: su cabeza estaba totalmente relajada, en otra cosa.

Ante la consulta sobre un posible cruce con River en octavos de final, Tevez no se achicó: «Ojalá nos crucemos. Nos vamos a encontrar y será mano a mano, otra vez. No hay ningún problema». Respuesta que Wanchope no esperaba pese a conocerlo mucho y que, en efecto, le causó gracia. Tanto como el irónico «limpiame», al momento en el que el autor del doblete de anoche debía responder si podría conformar una dupla de ataque con Darío Benedetto, que volverá luego del Mundial de Rusia.

«Es muy difícil darle un mensaje al hincha ahora porque ya estoy pensando en poner los pies sobre la playa, ja», bromeó el ídolo para continuar dejando en claro lo bien que estaban respirando él y sus compañeros tras la clasificación que le puso el cierre al semestre oficial. Y tras contestar una buena seguidilla de preguntas exclusivas para él, largó un comentario más que tenía guardado, esta vez sarcástico para su amigo: «Miren que también está ‘Wancho’, ¿eh?».

Boca, un equipo que sufrió en una competencia en la que siempre muestra mística. Con el clima más relajado y la mochila lejos de la espalda, quizás esa costumbre ahora vuelva a aparecer.

 

 

Fuente:www.lanación.com

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